Mercosur busca más producción y mercados alternativos lejos de viejas peleas

Buenos Aires.-  La XXXV Cumbre del Mercosur promete avances modestos hacia el perfeccionamiento de la unión aduanera y la búsqueda de tratados comerciales alternativos al demorado acuerdo con la Unión Europea (UE), en un contexto libre de conflictos de peso entre los socios del mayor bloque suramericano.

ampliar foto

Argentina traspasará el próximo martes a Brasil la presidencia del Mercosur (también integrado por Uruguay y Paraguay, con Venezuela en proceso de adhesión) con cierto sabor amargo por no haber podido terminar en este semestre la redacción del código aduanero que convertirá al bloque en una verdadera zona de libre comercio.

En la cita presidencial de Tucumán (1.200 kilómetros al noroeste de Buenos Aires), que será precedida de una de cancilleres, se anunciará la creación de un fondo de ayuda a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), un programa de integración productiva y un plan de desarrollo tecnológico, iniciativas con las que el bloque creado en 1991 busca darse un perfil más productivo.

El "fondo Pymes" funcionará en primera instancia como garantía para aquellas empresas con dificultades para acceder a créditos, mientras que el plan de integración busca incentivar las cadenas de valor.

El código aduanero, que era el "gran logro" que Argentina aspiraba a presentar como resultado de su presidencia semestral, deberá esperar a la segunda mitad del año pues Paraguay pidió que se dé posibilidad al Gobierno de Fernando Lugo, que comenzará el 15 de agosto, de analizar el borrador de la norma.

De todos modos, en el texto aún hay puntos de desacuerdo y, antes de su aprobación, será sometido a consultas con el sector privado.

Permanece el objetivo de que el código rija a partir de 2009, pero para eso necesita la aprobación en los Parlamentos de los cuatro socios.

Otro punto sin novedades es la adhesión plena de Venezuela al bloque, que aún debe ser aprobada por los congresos de Brasil y Paraguay.

Sin embargo, la negociación de los cronogramas de desgravación arancelaria de Venezuela con Argentina y Brasil avanza, pero "a ritmo lento", según confirmaron a Efe fuentes diplomáticas.

En la cumbre habrá anuncios de nuevos proyectos financiados por el Fondo de Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), que a partir de ahora dará preferencia a los proveedores y contratistas de capitales regionales en las licitaciones de obras financiadas por este mecanismo.

En cuanto a la definición de los objetivos y acciones del plan de superación de las asimetrías entre los socios mayores (Argentina y Brasil) y los menores (Uruguay y Paraguay), se espera que concluya antes de 2009.

En materia de relaciones externas, se espera que en Tucumán se formalice la conclusión de las negociaciones de un acuerdo de preferencias arancelarias fijas con la Unión Arancelaria de África Austral (SACU, sigla en inglés) integrada por Botsuana, Lesoto, Namibia, Suazilandia y Sudáfrica.

El Mercosur también firmará acuerdos marco con Jordania y Turquía para iniciar negociaciones comerciales.

Estos avances, que se añaden a la exploración de acuerdos con mercados como Corea y Centroamérica, se contraponen al estancamiento de las negociaciones iniciadas en 1999 con la UE para una asociación política y comercial.

En este punto, entre los suramericanos prima la idea de que lo ofertado por los europeos en materia agrícola es muy pobre en contraste con lo que demandan en bienes industriales y servicios, por lo que esperan un "reequilibrio" de las ofertas o, si no, no habrá acuerdo de momento.

Lejos de las "guerras comerciales" entre Argentina y Brasil, las amenazas uruguayas de pegar el portazo e irse del bloque o la controversia argentino-uruguaya por las papeleras, ésta vez la cumbre no tiene tormentas internas a la vista.

Los nubarrones asoman en cambio desde el frente externo y es casi seguro que los presidentes dediquen los párrafos más encendidos de sus discursos a repudiar la directiva de retorno de ilegales de la UE, por la que miles de suramericanos podrían ser expulsados del viejo continente.