El Príncipe conoce la labor de las tropas españolas en ayuda de los afganos

Herat (Afganistán).-  Apenas unas horas fueron suficientes para que el Príncipe de Asturias conociera la dura labor que las tropas españolas desarrollan en el oeste de Afganistán para ayudar a los ciudadanos de un país asolado por la guerra y por una epidemia más permanente, la pobreza.

El Heredero de la Corona española consiguió así volver a visitar a los soldados españoles en el exterior con los que ya estuvo hace seis años en Mostar e Istok y con los que quería reunirse nuevamente desde hace ya algún tiempo.

Dos bases en apenas cuatro horas, las de Qala-i-Naw y Herat -ambas en el oeste del país-, después de casi doce de viaje para acercarse un poco más a los representantes de las fuerzas armadas españolas que se juegan la vida en misiones de paz y que en Afganistán suman 726.

Don Felipe fue recibido con honores en los dos emplazamientos, saludó a los mandos, recibió las explicaciones de las tareas diarias de cada contingente, visitó las instalaciones pero, sobre todo, compartió el tiempo y las inquietudes de los soldados.

Y fue a esos militares a los que Don Felipe dedicó palabras de ánimo y de agradecimiento cuando, después de los actos previstos, les dirigió unas palabras en los brindis del almuerzo.

En ellas les trasmitió su emoción por haber conseguido, por fin, estar en Afganistán.

Don Felipe trasladó su respeto por su entrega total como, añadió, se demostró hace dos días en el Líbano cuando murió un soldado víctima de una accidente.

Además, les manifestó su orgullo como Heredero de la Corona y como militar, y les trasmitió un caluroso mensaje del Rey, que estuvo en Herat el pasado 31 de diciembre, en su primera visita a las tropas españolas en esta parte del mundo.

Previamente, el mando de la base, Fernando L. Horcada, le agradeció su presencia y le aseguró que las condiciones de vida aquí son buenas pero el trabajo duro, y le expresó la lealtad de todos a España y al Rey.

Desde que en 2002 se desplegaron los primeros militares españoles en el país asiático- aunque Herat y Qala-i-Naw iniciaron su actividad en 2005- han fallecido 85 soldados, incluidos los 62 del Yak- 46 y los 17 del helicóptero que se estrelló cerca de Herat hace tres años.

Por eso, uno de los momentos más emotivos de la visita de hoy del Príncipe tuvo lugar en Camp Arena, en Herat, en la ofrenda a los fallecidos y también cuando en su recorrido por la base visitó el hospital y pudo comprobar el agradecimiento del pueblo afgano hacia los españoles, que les facilitan asistencia médica, y trabajan para llevarles agua, luz o alcantarillado.

En la primera parte de su visita, en la pequeña base de Qala-i-Naw, el Príncipe ha podido sentir las mismas sensaciones que viven los 220 soldados cada vez que tienen que ir al rudimentario aeropuerto o salir de patrulla -914 misiones diarias desde marzo- con los chalecos antibalas y los cascos, con unas temperaturas que rondan los 40 grados y un polvo que tapona hasta el último poro del cuerpo.

De vuelta a casa, el Heredero de la Corona española hará una escala para ver a los 52 militares del destacamento de Manas, en Kirguizistán, después de haber comprobado como los soldados de todos los contingentes conocían esta misma mañana la noticia que iba a visitarlos.