El peligro no está en la 'deconstrucción' sino en los bollos industriales y aperitivos

En medio de la guerra de fogones sobre los posibles efectos negativos en la salud de la cocina de vanguardia -Santamaría dixit-, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) alerta de que lo verdaderamente peligroso para los comensales son la bollería industrial con la que meriendan los niños, las patatas fritas y aperitivos con la que acompañar el partido de fútbol o la película y las salsas, cada vez más habituales en la mesa de casa.

(Istockphoto)

La batalla abierta por el 'chef' catalán sobre las "indeseables" prácticas que algunos colegas llevan a cabo en sus restaurantes, "donde se ha abierto las puertas de la industria química", sigue coleando este lunes. Pero la polémica, en la que se han sumergido centenares de medios de comunicación y más de 800 cocineros, queda un poco ajena del gran público, para quien el elevado precio de la escasa comida de estos platos es casi prohibitivo.

Otra cosa son los bollos, las patatas fritas, los aperitivos de bolsa, las galletas... Estos productos están al alcance de la mayoría de bolsillos y son habituales en la cocina de muchas familias. Pues atentos, porque según un estudio que ha dado a conocer hoy OCU Salud, muchos de estos productos son perjudiciales para la salud, debido al alto porcentaje de grasas nocivas que contienen. En concreto, el 52% de las 49 marcas analizadas contiene materia grasa: las patatas fritas, por ejemplo, tienen un 34% de media; los aperitivos y la bollería, un 24%.

Lo peor, sin duda, es la presencia de grasas saturadas, que aumentan el nivel de colesterol malo (LDL); contribuyen a la arteriosclerosis (que provoca el estrechamiento de las arterias) y es uno de los factores principales que ha convertido a España en el décimo país del mundo con mayor tasa de obesidad. En el estudio se ha llegado a detectar una marca de galletas que, de la cantidad total de grasas, un 94% son de este tipo. En una dieta equilibrada, las grasas saturadas no deberían superar el 10% de las calorías totales que ingerimos al día.

Otro de los problemas que ha detectado la OCU, y por el que exige mayor vigilancia a las autoridades, es la "permisiva y anticuada" legislación, que permite que se utilicen cualquier tipo de grasa que sea comestible. Además, los fabricantes no están obligados a especificar qué clase de aceites utilizan y pueden limitarse a etiquetar con el genérico "hecho con aceites vegetales", que engloban desde el aceite de oliva al aceite de coco o de palma. Sólo el 20% de las marcas analizadas por la OCU informan correctamente el tipo de grasa que contiene.

Aquí te mostramos diez marcas analizadas por OCU como ejemplo de los productos con más y peores grasas: galletas (Artiach, Kraff, Gullón); aperitivos (Mini Río, Tuc) y bollería (Panrico, Bimbo y Bella Easo).