La huelga puso fin a la temporada más desastrosa de la historia del Levante

Valencia.-  La huelga de los jugadores del primer equipo del Levante, que finalmente sólo duró un día -sábado-, puso punto final a la temporada más desastrosa en la trayectoria de una entidad casi centenaria, un año marcado por la grave crisis económica y por uno de los peores registros históricos de Primera División.

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(EFE)

En la imagen, los jugadores del Levante celebran el gol de su equipo ante el Real Madrid, durante el partido correspondiente a la última (38º) jornada de Liga.

Tanto en el aspecto deportivo como en el social, el Levante ha vivido el año más convulso de su historia, con el paso de tres entrenadores por la primera plantilla y otros tantos máximos accionistas -uno de ellos fue la Fundación Deportiva Cultural del Levante-, y todos esos cambios fueron orquestados por Pedro Villarroel.

De hecho, el ex presidente sigue siendo el protagonista en la sombra, ya que en gran medida el futuro del Levante continúa en sus manos a pesar de haber cedido la mayoría accionarial a su socio Julio Romero -poseen negocios en común-.

En este sentido, sus constantes contradicciones e incumplimientos han estado cerca de provocar una dimisión en bloque del actual consejo de administración, un grupo de empresarios que, por otra parte, se está viendo incapaz encontrar soluciones al "agujero" financiero heredado.

Las promesas de recalificación del Ciudad de Valencia y de evitar el descenso administrativo efectuadas por el primer teniente de alcalde, Alfonso Grau, contrastan con las quejas hacia el consistorio que se han repetido constantemente desde la directiva levantinista.

Mientras, el ex máximo accionista Pedro Villarroel también ha hecho la "guerra por su parte" a lo largo del presente ejercicio con constantes salidas de tono como la de llamar "ratas" o "subnormales" a los aficionados del Levante, la de asegurar a los jugadores que "no se dejaran engañar por el Ayuntamiento" o maniobras como recuperar y ceder la mayoría accionarial en apenas 24 horas.

Quizá, buena parte de los males que ha arrastrado el equipo esta temporada nacieron de la desmedida ambición con la que fue planificada, tras lograr la permanencia con relativa holgura en la campaña 2006/07.

Además, se desmanteló parte del bloque que logró la permanencia (e incluso a algunos que participaron en el ascenso de la 2004/05) y se intentó reforzar el equipo con las incorporaciones con futbolistas de perfil similar, es decir, veteranos con salarios millonarios que no dieron el rendimiento esperado.

Su salida del club, como fue el caso de Savio Bortolini, Christian Riganó, Bruno Cirillo, José Emilio Viqueira o Marco Storari, debida esencialmente a los problemas de cobro, fue en parte ejemplo de su falta de compromiso.

De la mano de Abel Resino, el equipo realizó una desastrosa pretemporada, en la que cayó derrotado contra varios equipos de inferior categoría y perdió por lesión a uno de los fichajes "estrella", como fue Shota Arveladze.

El técnico toledano únicamente ocupó el banquillo levantinista las siete primeras jornadas de Liga, y tras él llegó el italiano Giovanni de Biasi, un entrenador forjado en la serie B italiana que renovó los ánimos de la plantilla y la afición y que dejó una profunda huella en el levantinismo.

A pesar de que el equipo vivió una resurrección anímica, las declaraciones públicas del técnico italiano fueron fiel reflejo de la desesperanza y la crudeza que había detectado tras "diagnosticar" los males del equipo. "Ni Mourinho ni Benítez lo harían mejor", dijo días antes de las fiestas de Navidad.

De Biasi siguió el mismo camino que el resto de italianos que llegaron al Levante el pasado verano, a falta de seis jornadas para el final de Liga fichó por el Torino y fue sustituido por un "hombre de la casa" como es José Ángel Moreno.

Además del descenso, el equipo vivió momentos duros en la presente campaña, como el accidente de coche que sufrió Viqueira (noviembre) o el susto que dio Iñaki Descarga en Getafe (diciembre) al caer desplomado tras recibir dos golpes en la cabeza.