Blair aconseja a Brown sobre cómo ganar las próximas elecciones

Londres.-  El ex primer ministro británico Tony Blair aconseja a su sucesor, Gordon Brown, sobre cómo ganar las próximas elecciones generales, pese a la presión que ejerció el segundo para que le cediera el poder, según ha relatado Cherie Blair.

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(EFE)

Gordon Brown (d) y Tony Blair durante el congreso del Partido Laborista celebrado en Manchester en 2006.

La esposa del ex jefe del Gobierno ha hecho esas revelaciones en sendas entrevistas con los diarios británicos "The Times" y "The Sun" en coincidencia con la publicación por ambos rotativos de los primeros extractos de su autobiografía, "Speaking for Myself", que saldrá a la venta el próximo 15 de mayo.

Cherie acusa a Brown de haber presionado a su marido para que le pasara el testigo ya desde abril de 2004 -el relevo en Downing Street se produjo en junio de 2008-, cuando Blair, actual enviado del Cuarteto a Oriente Medio, sufría una "crisis de confianza" tras la guerra de Irak.

"Creo que ejerció mucha presión sobre Tony para que se marchara cuando Tony no estaba preparado", dijo a "The Sun" Cherie, una prestigiosa abogada en el Reino Unido.

La publicación de su autobiografía, prevista en principio para el otoño, se ha adelantado a este mes, lo que ha sido criticado por el círculo cercano a Brown por considerar que su contenido podría causar aún más problemas al actual líder británico.

Los laboristas viven uno de sus momentos más difíciles de los últimos tiempos: los resultados de las elecciones locales de la semana pasada, en la que perdieron la Alcaldía de Londres, fueron los peores en 40 años y los conservadores les aventajan en los sondeos de intención de voto hasta en más de 20 puntos.

El próximo 22 de mayo, el partido de Brown se enfrenta a un nuevo test electoral en la votación en la circunscripción de Crewe y Nantwich para elegir al sustituto de la diputada laborista Gwyneth Dunwoody, fallecida recientemente y que ocupó ese puesto durante más de tres décadas.

Pese a esas dificultades, "Tony piensa que Gordon podría ganar las elecciones" generales, previstas en principio para 2009 ó 2010, y "ha hablado con Gordon sobre cómo podría hacerlo", revela Cherie en su entrevista con "The Times".

"Tony le ha aconsejado. Habla con Gordon incluso ahora. Pero no sé con que frecuencia hablan, ya que Tony pasa fuera del país mucho tiempo", añade la esposa de Blair, que asegura que los problemas entre ella y Brown no tienen nada que ver "con lo personal", sino que se deben a que ella es "terriblemente partidaria" de su marido.

Los extractos adelantados tanto por "The Times" como "The Sun", ambos propiedad del magnate de la prensa Rupert Murdoch, que apoyaron la gestión de Blair y se beneficiaron de sus exclusivas, arrojan luz sobre la tumultuosa relación entre los dos políticos, que trabajaron codo con codo en Downing Street durante una década.

Pese a todo lo escrito sobre el "pacto de Granita", en referencia al restaurante de Londres donde Brown y Blair se repartieron en 1994 los papeles principales del Nuevo Laborismo, Cherie dice ahora que el acuerdo se fraguó en casa de su hermana, Lyndsey.

"Tony le dejó claro a Gordon que no tenía intención de quedarse como líder para siempre y que cuando se fuera, apoyaría a Gordon como su sucesor natural y asumió que ellos trabajarían bien juntos como primer ministro y ministro de Economía mientras tanto", escribe Cherie.

Pero esas buenas relaciones del principio se deterioraron debido a la impaciencia de Brown y ya para abril de 2004 éste hacía "sonar las llaves" sobre la cabeza de Blair, que, según revela su mujer, sufrió "una crisis de confianza" tras la guerra de Irak sobre si era aún un activo para el Partido Laborismo.

"Como muchos otros, estaba convencida de que si Tony no se presentaba a un tercer mandato, se hubiera visto como una respuesta a las críticas por la guerra. Sería interpretado por la historia como una admisión tácita del fracaso", escribe Cherie.

Y añade: "Siempre sentí firmemente que no debería disculparse por algo que creía que era correcto. Podría lamentar las muertes en Irak, pero no debería disculparse por tomar la decisión correcta para el país".

Según Cherie, Blair habría estado dispuesto a cederle el testigo a Brown antes de los comicios del 2005 si éste "hubiese estado preparado" para implementar las reformas de los servicios públicos desarrolladas por Blair, pero finalmente sintió que no tenía otra opción que luchar por las cosas en que creía.