Los lectores recurren al diario cubano Granma para denunciar sus molestias cotidianas

La Habana.-  Las críticas de los lectores del diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, alcanzan ya hasta a las irregularidades en la distribución de compresas femeninas y el reclamo de normas contra los que molestan cuando juegan al dominó.

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(EFE)

El espacio de "cartas a la dirección", abierto en marzo junto con la ampliación del tabloide a 16 páginas los viernes, no deja hoy títere con cabeza.

El espacio de "cartas a la dirección", abierto en marzo junto con la ampliación del tabloide a 16 páginas los viernes, no deja hoy títere con cabeza.

A las críticas de los últimos meses sobre la burocracia en la vivienda, o sobre los bajos salarios, se van sumando problemas más cotidianos.

Los hay que reclaman "un mayor esfuerzo en disciplinar lo que se necesite", como P. Laurerio, que no oculta su contrariedad por la falta de "propaganda" para "publicitar" las leyes.

"No puede ser que normas que existían hace 20 años, como solicitar permiso para fiestas, poner música alta, no montar fumando o sin camisa en el ómnibus, no escandalizar, no jugar dominó molestando a los vecinos, que eran reguladas hace unos años, ahora andan sin límite ni respeto como algo natural", se lamentó.

En la misma línea, una señora reclama orden en el sector de las mascotas, ya que, según denunció, algunos amarran a sus perros en azoteas para que "molesten a los vecinos y no los dejen dormir o para que hagan sus necesidades en la azotea vecina y dañen la impermeabilización de las mismas".

"Pues la orina de perro daña la capa de impermeabilizante (...)", aclaró.

Otro lector consideró, en cambio, que la "represión a determinadas actuaciones no es solución para todo" y rechazó que exista la "ley contra la vagancia a estas alturas".

De paso, reclama simplificar la ley en materia de vivienda y se pregunta: "¿Por qué para hacer el más mínimo cambio en tu casa hay que ver a tanta gente, hacer tantos papeles, sufrir el desinterés de los funcionarios, etc (...)?".

Uno más acusa a "determinadas decisiones de corte administrativo" de empujar a los que quieren vivir en "la legalidad y el orden" por un "camino incorrecto, a veces único, de tener que delinquir o convertirnos en agentes corruptores".

La causa de su queja: la imposibilidad de adquirir legalmente áridos para mezclar con el cemento comprado de acuerdo con las normas para construir su vivienda, que, en su caso, implicó "vender hasta los animales que formaban parte del patrimonio familiar".

Siempre con el espíritu de "continuar mejorando" el sistema, un joven de 30 años reclamó el final del "igualitarismo obsoleto".

"Nuestra generación no quiere paternalismos obsoletos y contraproducentes", señaló, y apoyó la política de estímulos salariales que otros critican, subrayando que lo "que sí constituye un desestímulo son los bajos salarios que la mayoría recibimos".

La odisea -palabra muy reiterada en los mensajes- de conseguir toallas sanitarias femeninas ocupa la queja de una mujer que detalló sus problemas para entrar en el "censo" en el que se basa la distribución, y denuncia un mercado negro de ese artículo.