Los tratamientos de fertilidad se han duplicado en Baleares en diez años

Palma.-  El director del Instituto Balear de Infertilidad (IBI), el doctor Javier Marqueta, ha informado de que los tratamientos de fertilidad se han duplicado en Baleares en los últimos diez años.

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(EFE)

En la imagen, una especialista practica una ecografía a una mujer embarazada en un hospital.

El acceso a los tratamientos por infertilidad es más fácil en la actualidad porque hay más centros dedicados a ello, los procedimientos médicos dan cada vez mejores resultados y socialmente la infertilidad se entiende y se acepta, "no como en tiempos pasados cuando se consideraba un 'estigma' y no la enfermedad que es", según ha explicado el doctor Marqueta, en una entrevista concedida a Efe.

El director del IBI y de la clínica Son Moix de Palma ha explicado que el aumento en los tratamientos también se debe a que los centros especializados no sólo tratan casos de esterilidad o pacientes que sufren abortos frecuentes, sino también a la existencia de nuevos usuarios.

"Ahora también tratamos a mujeres solas, personas que quieren evitar la transmisión de enfermedades hereditarias, parejas con enfermedades infecciosas transmisibles y mujeres estériles por cuestiones de edad" ha detallado.

El retraso en la edad de la maternidad de la mujer es una de las causas principales de que haya se hayan duplicado y además implica "la necesidad de llevar a cabo más ciclos de tratamiento por paciente y que los resultados sean peores".

Si la posibilidad de quedar embarazada de una mujer joven es del 30 por ciento cada mes, se va reduciendo progresivamente hasta ser casi de cero a partir de los 45 años aunque, según Marqueta, "que la mujer llegue más tarde también se compensa por el hecho de que quiere menos fertilidad" como demuestra que el número medio de hijos sea de 1,2, cifra que está "muy por debajo de la tasa de reemplazo".

El director del IBI ha puntualizado que también se han incrementado los diagnósticos de este tipo de problemas, principalmente entre los hombres, de forma que "se registra más esterilidad masculina que antes porque ahora se detecta".

Aún así, Marqueta ha advertido de que el acceso a estos tratamientos sigue estando limitado porque "en la sanidad pública hay listas de espera y en la privada hay problemas de coste", circunstancia que se ha visto reflejada en estudios que indican que la accesibilidad a estos procedimientos médicos "sólo alcanza al 30 por ciento de las personas que los necesitan".

El coste de estos procedimientos médicos oscila entre los 600 euros de una inseminación y los 7.000 que puede suponer una donación de óvulo o un diagnóstico genético preimplantacional del embrión, debido en gran medida a la dificultad de tramitación administrativa, y a los exigentes criterios sanitarios y de seguridad obligatorios.

La esterilidad vendría definida por oposición a la fertilidad natural, según la cual el 85 por ciento de las parejas que desean un embarazo lo consigue en el plazo de un año. En el segundo año sólo un 8 por ciento más lo alcanza. En adelante es aconsejable el tratamiento de fertilidad.

En cuanto al tipo de tratamientos posibles, el más frecuente es la inseminación -ya sea con semen de la pareja o de donante-, seguida de la fecundación in vitro, la fertilización in vitro por microinseminación espermática (ICSI), la congelación embrionaria, la donación de óvulos "que es la técnica con más crecimiento", según Marqueta, y por último el diagnóstico genético preimplantacional.

El 35 por ciento del total de pacientes que acuden al IBI, 896 casos el año pasado, logran el embarazo, con la donación de ovocitos como la técnica con mayor probabilidad de éxito en un sólo ciclo de tratamientos, y la inseminación como la de menor.

En el caso de la fecundación in vitro, el IBI logró un índice de éxito del 45 por ciento con las pacientes tratadas en 2007, un cinco por ciento más que la media nacional.

Un 20 por ciento de las pacientes del IBI son mujeres extranjeras, atraídas por el porcentaje de éxito de los tratamientos en España, el hecho de que son más baratos, la posibilidad de someterse legalmente a técnicas como la donación de óvulos, que no están autorizados en países como Alemania o Italia, y por el hecho de que parte de ellas tienen su segunda residencia en Mallorca.