McCain se embarca en la búsqueda de un vicepresidente que salve sus debilidades

Washington.-  Criticado por los demócratas por su avanzada edad, 72 años, y por los conservadores por sus posiciones moderadas, el candidato republicano John McCain está embarcado en la búsqueda de un vicepresidente que le salve de estas presiones.

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(EFE)

McCain podría elegir a uno de los actuales gobernadores del país, como el de Minesota, Tim Pawlenty, o el de Florida, Charlie Crist, como fórmula a la presidencia de Estados Unidos.

Mientras Barack Obama y Hillary Clinton pelean todavía por la candidatura presidencial demócrata, el senador de Arizona se concentra en noviembre, cuando se celebrarán los comicios, y en decidir su compañero de viaje.

La elección del candidato a la Vicepresidencia es una de las más difíciles, ya que debe conjugar factores tan dispares como la procedencia geográfica, la experiencia política, la ausencia de escándalos y, en este caso, también la edad.

"En el caso de John McCain, es crítico que el candidato a vicepresidente sea visto por el público y la prensa como 'potencialmente presidenciable', dada la edad de McCain y su lucha con el cáncer", asegura Larry Sabato, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Virginia.

Sabato, fundador del Centro para la Política, pone de manifiesto que McCain, de ser elegido, sería el más anciano en llegar a la Casa Blanca, algo que los demócratas repiten constantemente.

El presidente del Partido Demócrata, Howard Dean, dijo ayer que, por una cuestión ética, la edad no será un arma electoral.

Pero ello no le impidió destacar que los votantes demócratas están "preocupados" por la edad del candidato republicano, su salud y sus puntos de vista anticuados.

Como ejemplo, Dean puso la defensa de McCain de la abstinencia sexual y su negativa a que los seguros sanitarios cubran la píldora anticonceptiva.

Pero si los demócratas opinan que el senador republicano tiene opiniones anticuadas, la facción más conservadora de su partido le acusa de ser demasiado liberal en algunos aspectos, como en inmigración.

Por ello, en esta ocasión es de gran importancia la elección acertada de un vicepresidente capaz de atraer hacia McCain a los republicanos que menos simpatía le tienen, especialmente los votantes más conservadores.

Ello permitiría impulsar el apoyo popular de McCain y que, según las últimas encuestas, se encuentra solo dos décimas por debajo de Obama y dos puntos por encima de Hillary Clinton.

Por tanto, a los requisitos tradicionales para ser aspirante a la Vicepresidencia, como es la experiencia política y la ausencia de escándalos, se unen en el caso de McCain dos más, el de la edad y el de la capacidad de aglutinar a su formación política.

Estos requisitos dejan fuera a muchos de los que se batieron por la candidatura con McCain.

Es el caso del ex gobernador de Massachussetts Mitt Romney, a quien muchos republicanos recuerdan que llegó a defender el derecho al aborto, o el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, que nunca tuvo el apoyo del partido por sus posiciones sobre el aborto o el matrimonio gay.

También se descarta al ex senador y actor Fred Thompson, que nunca consiguió un gran apoyo popular, o el ex gobernador de Arkansas Mike Huckabee, considerado con poca experiencia para el cargo.

Fuera de este círculo, McCain podría elegir a uno de los actuales gobernadores del país, como el de Minesota, Tim Pawlenty, o el de Florida, Charlie Crist, pero ninguno de ellos tiene un perfil lo suficientemente conocido como para asegurar la victoria en noviembre.

Todo esto se complica aún más teniendo en cuenta que McCain tendrá que enfrentarse a una candidatura demócrata que, de todas formas, hará historia: Una mujer o un negro.

Por ello, algunos creen que la actual secretaria de Estado, Condoleezza Rice, es la candidata perfecta a la Vicepresidencia. A su impecable historial conservador, se une su condición de mujer y afroamericana.

Sin embargo, a Rice no le interesa, porque quiere volver a la Universidad de Stanford.

Llama la atención, no obstante, el renovado protagonismo que la secretaria de Estado ha disfrutado en las últimas semanas, con numerosas apariciones en prensa y televisión.