Las pruebas de ADN vinculan al padrastro de Yulisa con su crimen en Lanzarote

Arrecife de Lanzarote.-  Las pruebas de ADN y los restos encontrados en su vehículo vinculan al padrastro de Yulisa Antonia Pérez, detenido en las últimas horas, con el crimen de la joven dominicana cuyo cadáver apareció hace cinco meses en las proximidades de la escombrera municipal de Arrecife, en Lanzarote.

Según informaron a EFE fuentes policiales, los estudios realizados en su día por la policía y cuyos resultados definitivos se han conocido ahora demuestran que el cadáver de la muchacha fue transportado en el vehículo utilizado habitualmente por el padrastro de la muchacha, el portugués Antonio Luis Ferreira Machado.

Las citadas fuentes no descartan que la muerte de Yulisa ocurriera dentro del mismo automóvil.

Esta nueva prueba incriminatoria ha sido considerada fundamental por la juez encargada del caso para ordenar la detención de Ferreira, quien hasta la muerte de Yulisa Antonia Pérez convivía en Lanzarote con Hirma Altagracia, madre de la joven asesinada.

Antonio Ferreiro, conocido entre la comunidad dominicana residente en la isla y en ambientes policiales como "el portugués", de profesión albañil, fue considerado desde un primer momento por los familiares de la muchacha asesinada, y la propia policía, como único sospechoso de la muerte de Yulisa.

El convencimiento de que el padrastro de la joven tuvo relación con su muerte era tal que desde que apareció su cadáver, hace cinco meses, ha permanecido en el punto de mira de los investigadores del caso, que en todo momento han controlado sus movimientos.

Antonio Ferreira fue detenido en la tarde de ayer y desde entonces se encuentra en los calabozos de la comisaría de Arrecife desde donde será trasladado en las próximas horas al palacio judicial de la capital para su puesta a disposición de la juez encargada del caso.

La desaparición de Yulisa Pérez fue denunciada el pasado 8 de noviembre de 2007, fecha en la que fue vista con vida por última vez en las inmediaciones de su domicilio en el barrio de Los Geranios, en Arrecife y en algunos comercios de la ciudad.

Cinco días después, un vecino que paseaba a su perro en los exteriores de la capital de la isla descubrió el cadáver de la muchacha junto al camino de acceso a la escombrera de Argana, en Arrecife.

Nada más conocerse la noticia de la aparición del cadáver de Yuliza, varios miembros de la comunidad dominicana residente en la isla dieron por hecho que Antonio Luis Ferreira estaba relacionado con la muerte de la joven, motivo por el cual tuvo que ser escoltado por la policía para evitar su linchamiento por los vecinos y allegados de la familia que le sitiaron en su propio domicilio.

Hirma Altagracia, madre de la joven asesinada, expresó públicamente desde un principio que su entonces compañero sentimental podría estar implicado en el caso ya que, según manifestó entonces, "durante los cinco días posteriores a la desaparición mantuvo una actitud extraña y nunca ayudó en la búsqueda de la chica".

La autopsia practicada en su día al cadáver de Yulisa, que apareció maniatada y semienterrada, no reveló que sufriera abuso sexual alguno y tampoco presentaba signos de violencia externa, por lo que la tesis que más fuerza cobró en la investigación desde un comienzo es que muriera asfixiada.