Tata lanza el coche 'low cost'... que no llegará a Europa

BARCELONA.-  La India está en los albores de la motorización y teniendo en cuenta el poder adquisitivo local, hacía falta un verdadero coche low cost para poner el país sobre cuatro ruedas. Tata, la marca local, perteneciente a un poderoso grupo industrial, lo prometió y lo ha hecho. Se llama Nano, valdrá 100.000 rupias (unos 2.000 euros al cambio) y la marca espera vender medio millón cada año.

(REUTERS)

Ratan Tata posa junto al nuevo Nano.

Ratan Tata, el presidente del Grupo Tata, un conglomerado industrial con cierto aire filantrópico (invierte parte de sus beneficios en fundaciones) que lo mismo fabrica autobuses y camiones, que compra la más famosa de las marcas de té británicas (Tetley, la inventora de las bolsitas individuales), presentó en la Auto Expo de Nueva Delhi el largamente anunciado coche low cost de la marca bautizado con el nombre de Nano en referencia a su tamaño –algo obvio- y a la tecnología –lo que ya no lo es tanto-.

El Nano, de cuatro plazas, mide 3,20 metros y equipa un motor de 624 c.c. que rinde 33 CV acoplado a una caja de cambios de cuatro velocidades. Consume 4,2 litros a los 100 km, lleva frenos delanteros de disco, un depósito de 30 litros y, en opción, aire acondicionado. No monta, sin embargo, dirección asistida ni radio, los asientos son fijos, los amortiguadores son de marca blanca y la instrumentación está reducida al mínimo, con velocímetro e indicador del nivel de gasolina.

Tata se comprometió a hacer un coche que costara 100.000 rupias y ya lo ha hecho. La versión base del Nano cuesta precisamente eso aunque sin impuestos ni transporte. Al cambio vienen a ser unos 2.000 euros, casi la mitad del que hasta la fecha alardeaba de ser el coche más barato del mercado, el Suzuki Maruti 800, también de fabricación india y basado en un utilitario de la marca japonesa diseñado a principios de los años 80. Una antigualla, vamos, al lado del flamante Nano, que según la marca, ha superado las pruebas de crash test frontales y laterales y cumple con la normativa anti-emisiones Euro IV. Tata pretende vender medio millón de unidades al año. Todas en la India, no se alarmen.

El Nano no llegará a Europa. Su planteamiento, que encaja en un mercado como el indio, incipiente, nada exigente y con un poder adquisitivo muy limitado, no tendría hueco en Europa donde, además, sería complicado cumplir con las legislaciones en materia de seguridad y de emisiones futuras. El precio tampoco sería el mismo pero es que además, la estrategia de Tata no pasa por exportar el Nano. Al menos, no a Europa donde la marca pretende crecer pero con modelos de más precio y, sobre todo, mediante la compra de marcas consolidadas como Jaguar y Land Rover que Ford está a punto de venderle.

En Europa, el low cost, funciona pero a otros niveles. La propia Tata y, sobretodo, Dacia, filial de Renault, ofrecen coches baratos pero con un mínimo de calidad y de garantías y se está consolidando un segundo modelo de negocio que consiste en fabricar versiones básicas de coches veteranos que se mantienen en fabricación cuando llegan sus sustitutos para, gracias a su amortización completada, ofrecerse a precios competitivos. Renault, con el Clio Campus basado en la generación precedente del modelo, Fiat, con el Punto anterior y Citroën que mantiene con éxito en venta el Xsara Picasso a pesar de haber lanzado ya el C4 Picasso, son ejemplos de esta nueva estrategia.

El low cost tiene todavía un largo camino por andar en nuestro mercado. Lo que se desarrolla para países emergentes y que debe ser obligatoriamente barato, funciona también en Europa donde hay un público –inmigrantes, jubilados, jóvenes- cuyo poder adquisitivo les convierte en clientes potenciales. El éxito del Dacia Logan ya ha hecho que Toyota, Volkswagen y General Motors se pongan las pilas.