La factoría de Martorell tiene la posibilidad de llegar a 650.000 unidades al año

Madrid.-  La factoría de Seat en Martorell (Barcelona) tiene la posibilidad de llegar a una capacidad máxima de fabricación de 650.000 unidades anuales, dijo hoy a Efe el presidente de la compañía, Erich Schmitt.

ampliar foto

(EFE)

Frank Bekemeier, vicepresidente ejecutivo de Investigación y desarrollo de SEAT S.A.

Tras una aplaudida intervención en una mesa redonda organizada en Madrid por The Economist que reunió a dirigentes empresariales con miembros del Gobierno español, el presidente de Seat explicó que con apenas inversión la planta de Seat podría llegar a 550.000 unidades de producción a partir de las alrededor de 400.000 actuales.

Y dando solución a "algunos cuellos de botella", las instalaciones de Martorell podrán llegar a las 650.000 unidades para afrontar el objetivo de ventas marcado por Schmitt para el año 2018 llegar a las 800.000.

Preguntado sobre la posibilidad de construir una nueva planta para cumplir con el objetivo, Schmitt descartó la idea porque dentro del grupo Volkswagen, al que pertenece Seat, hay instalaciones que podrán atender la demanda de la marca española.

Lo importante, dijo el presidente de Seat, es que se pueda llegar a las 650.000 unidades y que todo este volumen se quede en Martorell. Primero, agregó, se ha de utilizar toda la capacidad disponible

Schmitt hizo una intervención ante los asistentes a esta mesa redonda celebrada a puerta cerrada que fue reconocida con un largo aplauso, ganado, aseguró el ejecutivo, al explicar a la audiencia que en España la estructura laboral está muy jerarquizada.

El presidente de Seat dijo que se ha encontrado a su llegada a España con una plantilla altamente motivada, pero con una brecha entre directivos y trabajadores, como si fuera una sociedad de clases.

Schmitt se mostró contrario a esta excesiva jerarquización y a favor de una integración mayor del trabajador, al que no se le tiene consideración.

En España hay que desarrollar esta idea, concluyó al respecto, que en el resto de los países europeos está más avanzada.

Parte de su intervención estuvo dedicada a los proveedores españoles, con los que lleva trabajando desde hace una veintena de años, y de los que hoy en falta el dinamismo y espíritu de lucha que mostraban en las décadas de 1980 y 1990.

No se puede transigir en calidad, añadió Schmitt, para insistir en la idea de que en todos los procesos de trabajo no se valora suficientemente al trabajador.

Tras asegurar que los buenos proveedores "les damos libertad", el presidente de Seat recomendó a estos empresarios que organicen limpiamente sus procesos, ya que la mayor reducción de costes pasa por apostar por la calidad.

Los procesos tienen que ser buenos desde el principio, insistió.

Schmitt se mostró en desacuerdo con la práctica en España de asociar el suelo al IPC y a la suma de un porcentaje, ya que es práctica en otros países europea que los aumentos salariales estén relacionados con la productividad.

El presidente de Seat también tuvo una petición para el ministro de Industria, Joan Clos, asistente a la mesa redonda, ya que se refirió a las infraestructuras.