Jota Pedro: el plumilla de los GAL

Muchos años antes de convertirse en el periodista del Titadine y del ácido bórico, de implicar a los cuerpos y fuerzas de seguridad -controlados por el maligno PSOE- en el peor atentado terrorista que ha sufrido Europa y de tratar de poner patas arribas todo el Estado, JotaPedro ya se había sumergido en el fango del terrorismo de Estado, en las cloacas de la democracia y en los infiernos de la lucha contra ETA. Lo cuentan los veteranos del Congreso y los que ya se marcharon de aquí pero se pasan alguna tarde a compartir un cafecito a la sombra de un león.

La amistad con Garzón, como el Guadiana...

Lo saben bien quienes padecieron su cacería y los que le jalearon desde sus escaños desde la oposición. Recuerdan a ese imberbe periodista de ABC, al que ya se le vislumbraba la coronilla, atizando al Ejército para apartar a los ineptos políticos que no sabían combatir a los etarras a finales de los 70...

"Vivimos inmersos en una auténtica guerra que no ofrece otra alternativa sino la de destruir o ser destruidos. [...] El desenlace de esta contienda depende de que el Ejército tome conciencia de que está siendo utilizado por un enemigo inteligente y de que sea capaz de instrumentalizar una respuesta adecuada con la misma frialdad y el mismo cálculo.

Medios no le faltan para ello. La dificultad a la hora de dar operatividad podría estribar en la actitud pusilánime y poco comprometida que caracteriza a la Administración obsesionada con no cometer ninguna equivocación. El estilo de Gobierno que caracteriza al actual equipo de Poder es desde luego un impedimento serio pero no insalvable." ABC. 27 de mayo de 1979

Luego llegarían los editoriales de un veinteañero director de 'Diario 16', que sin tapujos planteó que el periódico pidiera la reimplantación de la pena de muerte para los delitos de terrorismo. Su propuesta fue sólo jaleada por su director adjunto, José Luis Gutiérrez (Erasmo), y rechazada por Fernando Jáuregui (jefe de Internacional), Alfonso Pajuelo (Economía) y Juby Bustamante (Cultura). Los tres fueron expulsados del consejo de redacción y acabaron marchándose. JotaPedro por aquel entonces comenzó a aficionarse a redactar personalmente los editoriales. (Díaz Herrera dixit)

"Ante los que han hecho del crimen todo un fin en sí mismo, no cabe más que una contundente acción represiva que conlleve la eliminación de su presencia en la calle y su exterminio físico si es preciso. No es tiempo de andarse con remilgos, a menos que anhelemos el estéril martirio en nombre de la democracia. Si varios agentes del orden hubieran abierto fuego ayer, segando las vidas de los dos terroristas que actuaron en Bilbao, todos tendríamos que sentirnos tan satisfechos como los nativos bengalíes al contemplar el cadáver del tigre que les acosaba."  Diario 16. 20 de marzo de 1981

"La muerte de ETA es nuestra vida. No hay derechos humanos a la hora de cazar el tigre. Al tigre se le busca, se le acecha, se le acosa, se le coge y, si hace falta, se le mata. Podrían caer cincuenta etarras en combate y las manos de España continuarán limpias de sangre humana... A los policías que disparen contra ellos se les recibirá como a valientes." Diario 16. 23 de marzo de 1981

"ETA militar es una siniestra camada que España necesita exterminar. Todos los medios represivos al alcance del poder deben ser empleados en una batalla sin misericordia. La lucha contra ETA debe plantearse como una campaña de 'desratización', aplicando una serie de técnicas tan viejas como la historia del mundo."  Diario 16. 15 de abril de 1981

En aquellos años, a JotaPedro se le ponía tiesa (sí, los diputados también utilizamos estas expresiones ordinarias de 'Sálvame' y 'Tómbola'...) con José Barrionuevo y el presidente Felipe González. Era invitado de honor de la Moncloa, por su casa aparecían a cenar sin avisar líderes socialistas como Solana, Múgica o Castellano y en el despacho del ministro al que terminaría metiendo en la cárcel de Guadalajara...

"A Barrionuevo no habría que cesarle por estar consintiendo acciones irregulares en el sur de Francia, sino por cosechar tan pocos éxitos, a pesar de la infinita buena voluntad con que ejerce el cargo. ¿Existe alguna fuerza política o social de cierta relevancia dispuesta a reclamar la cabeza de González por esta circunstancia? Desde luego que no."  Diario 16. 23 de octubre de 1983

"Es preciso cerrar filas en torno a este buen Gobierno que tenemos, formado por hombres competentes y patriotas, dispuestos a conciliar los valores esenciales de la libertad y seguridad. Sus aciertos en la lucha antiterrorista deben recibir aplauso, y sus errores comprensión." Diario 16. 4 de noviembre de 1983

El autor del libro recuerda que más de sesenta editoriales dedicó a ensalzar la guerra sucia contra el terrorismo JotaPedro. ¿Qué pasó, se preguntarán los más jóvenes del Congreso, para que los 'hombres competentes y patriotas' cuyos aciertos 'deben recibir aplauso, y sus errores comprensión' pasaran a ocupar la obsesión del periodista logroñés, que se travistió de la noche a la mañana y tomó los GAL como bandera con la que acabar con el felipismo?

Según Díaz Herrera, el cambio de paso se debió, como no, al ansia de poder. Cuenta el autor que a mediados de septiembre de 1983, el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Julio Feo Zarandieta, llamó a varios accionistas del diario para lamentar la campaña de "mentiras cochinas", "embustes de la peor calaña" que se estaban publicando contra el Ejecutivo socialista. "Y todo porque Felipe no le ha hecho director general de RTVE". Que era su gran deseo. La cosa se fue calentando al acercarse las elecciones de 1986. Entonces el periodista impulsó la 'Operación Roca', un auténtico fracaso, y tras la segunda mayoría absoluta de Felipe comenzó un gran campaña de acoso y derribo contra los miembros del Ejecutivo, que incluían incluso informaciones sobre el retrete del vicepresidente Guerra.

Entre todos los argumentos de ataque sorprende que el 'plumilla de los GAL' tomara precisamente este asunto como principal estandarte. En esta operación, es cierto, contó con la inestimable colaboración del juez Baltasar Garzón -amigo, enemigo, ángel y, ahora de nuevo, demonio-. Estamos a finales de la década de los ochenta y desde 'Diario 16' se comienza a dar cuenta de la aparición de varios agentes implicados en la guerra sucia contra ETA. La tensión entre el Gobierno y el diario explota el Día de la Constitución de 1988 en el Congreso. Felipe González se acercó a JotaPedro en el pasillo y delante de un grupo de colegas le dijo: "Lo que estáis publicando sobre los GAL es tremendo... Estáis poniendo el Estado a los pies de los caballos". Desde entonces se juraron odio eterno.

Los imputados y luego condenados policías José Amedo y Michel Domínguez han denunciado en reiteradas ocasiones las presiones recibidas por el periodista y el juez para inculpar a las cúpulas de Interior de Barrionuevo y Corcuera y colocar el nombre de Felipe González en la famosa X de los GAL. También fueron continuos los encuentros en restaurantes y en el despacho del director de 'El Mundo' entre los imputados, sus abogados, el magistrado instructor y la cúpula dirigente del PP -Álvarez Cascos, Rodrigo Rato y José María Aznar-. 

"Tras el pacto secreto del magistrado con el director de 'El Mundo' y el secretario general del PP, la trama del terrorismo de estado pasó a segundo término y se convirtió en un mero pretexto, en una banal excusa para desalojar al secretario general del PSOE de La Moncloa. Lo cual vuelve a llevar a la conclusión antes expuesta. ¿Es lícito y profesionalmente deontológico que un periodista, bajo la burda excusa de la regeneración moral de la sociedad que él mismo ha contribuido a enturbiar, implique a partidos políticos, jueces y Parlamento en una oscura trama, en una maniobra conspiratoria para satisfacer sus ansias de venganza y las del juez amigo?" (José Díaz Herrera dixit)

Próximo capítulo: JotaPedro al desnudo. Saqueando la mano que le dio de comer (martes 10 noviembre)