Testigos de una historia silenciada

El documental ‘Arrhash’ (veneno) da voz por primera vez a los testigos de la guerra química del Rif, un episodio olvidado por la historia pero no por sus protagonistas

1. Mohamed Faragi, un campesino rifeño de más de cien años, sufrió los ataques químicos en su adolescencia. / Foto de Guillermo Barberá

La Guerra del Rif entre España y Marruecos a principios del siglo pasado convirtió a nuestro país en uno de los primeros en utilizar armas químicas contra población civil. Entre 1921 y 1927 lanzó bombas de gas mostaza sobre la zona norte de Marruecos, produciendo la muerte indiscriminada de multitud de personas y dolorosas secuelas en muchas otras. Según explican los supervivientes, a la gente “se le caía la piel a tiras”, se asfixiaban y les salían ampollas, se quedaban ciegos. Pero, aunque hoy no se pone en duda que aquello ocurrió (numerosos historiadores como Maria Rosa de Madariaga, Sebastián Balfour han aportado documentación sobre ello), ninguno de los países implicados ha reconocido lo que pasó. Ochenta años después, los periodistas Javier Rada (Huesca, 1978) y El Idrissi (Alhucemas, Marruecos 1978), decidieron que había llegado el momento de buscar las últimas pruebas vivas de lo que allí sucedió. Para ello, recogieron por primera vez los testimonios directos de los protagonistas de aquel suceso.

“El proyecto nos llevó prácticamente dos años de trabajo pero, aunque era nuestro objetivo, nunca tuvimos claro hasta que los encontramos que realmente conseguiríamos algún testimonio directo”, apunta Rada. “Una vez que nos documentamos y reunimos el material necesario nos desplazamos a la zona y comenzamos a recorrer el Rif a pie, buscando a gente que tuviera recuerdos de todo aquello”, explica. No fue tarea fácil, de no haber sido por la familiaridad de El Idrissi con la población local, probablemente no hubieran conseguido nada. “Es sabido que los rifeños son un pueblo rebelde y cerrado, y además estaba el hecho de que no querían hablar, rescatar aquellos recuerdos no es del gusto de nadie”, afirma Rada.

Pese a la negativa inicial, los ancianos accedieron finalmente a contar sus memorias, lo que a la postre se convirtió en una especie de catársis para ellos ya que, aunque han perdonado, no olvidan el terror. Como reza el dicho popular del Rif, "si te pica un escorpión debes usar su mismo veneno para curarte", así describen los autores del documental su trabajo, con el símil de “mirar cara a cara al veneno y usarlo como antídoto”.

En ‘Arrhash’, de 43 minutos,  Rada y El Idrissi recogen escalofriantes testimonios como el de Laarbi, apodado ‘El manco’, que a sus 91 años recuerda cómo perdió su mano derecha a causa de una bomba; o el de Mohamed Salah Faragui, que con más de cien todavía vislumbra el momento en el que murieron muchos niños, atrapados en una atmósfera “irrespirable”.

Tras el rechazo mayoritario del parlamento español ante la propuesta de ley de reconocer el uso de armas químicas contra las poblaciones civiles del norte de Marruecos y la indemnización de las víctimas en 2007, no se ha vuelto a hablar del tema, pero ni El Idrissi ni Rada se sienten desilusionados por ello. “Nunca tuvimos la intención de provocar una reacción política, nuestro único objetivo fue siempre hablar de la verdad e intentar que no caiga en el olvido”, dicen.

El documental, que fue presentado en junio de 2008 en el Festival de cine de Lavapiés, (Madrid) se pone a la venta este mes en castellano, inglés, francés y euskera en Eguzki Bideoak.