La África de Kapuscinski

El fallecido periodista polaco nos ofrece en sus múltiples reportajes una visión del continente africano alejada de los prejuicios

Kapuscinski en uno de sus viajes a África

Nacido en 1933 en la Polonia comunista, en el seno de una familia pobre, el joven Ryszard vio en un primer momento el periodismo como una oportunidad para viajar. En los treinta años que ejerció como corresponsal para la Agencia Polaca de Prensa, se enamoró irremediablemente de África, el continente más sacudido por el drama y al que más obras ha dedicado.  Y es que se propuso como objetivo de su labor periodística dar voz a los más pobres, a aquellos que no tienen voz.

Algunos han bautizado su estilo literario como “no-ficción creativa”. Lo cierto es que resulta difícil clasificar el género de sus obras, que se sitúan a caballo entre el reporterismo, la novela y el relato histórico. Sólo es posible narrar los acontecimientos que se han vivido, ese era su lema a seguir.

Kapuscinski muestra una visión de África desconocida. Huye de los convencionalismos y se acerca a la cultura, a las costumbres, a la idiosincrasia de unos pueblos eclipsados por la hegemonía de la cultura occidental. Se podría decir que donde los medios de comunicación occidentales ven números: de muertos, refugiados, enfermos… Kapuscinsky ve personas. El sentido de la vida es cruzar fronteras, afirmó una vez. Sus obras son también valiosos documentos históricos ya que siempre intenta llegar a la raíz de los sucesos que narra, dando con las causas reales de los problemas de la sociedad africana.

En Ébano, uno de sus libros más populares, realiza una radiografía de la cultura y la vida cotidiana de los africanos. Otra genial obra es Un día más con vida, en donde convergen la historia de la guerra de Angola, y la de un hombre que se obliga a sí mismo a superar su miedo a la muerte por su afán de ser testigo de la historia.

El periodismo como lo concibió el maestro polaco anda en crisis: la información se ha sometido a la ley de la oferta y la demanda como si de una mercancía se tratara, los periodistas se han convertido en una herramienta al servicio de la propaganda ideológica, y la información de agencia condena a la desaparición la principal función del periodista: interpretar la realidad para hacerla inteligible a los otros.

•  Perfil de Kapuscinski con enlaces a sus textos en Infoamérica