La última obscena

La bella ex modelo y cantante ha protagonizado una de las visitas más frívolas de los últimos tiempos. El circo de este viaje nulo y ridículo, apoyado por los medios de comunicación (se acreditaron el doble de los habituales), se saldó con una cena que ni al mismísimo Buñuel se le habría ocurrido rodar en estos tiempos.

El Rey y Carla brindan "por la Paz Mundial".

Cena de gala y obscenidad de... (escribamos, vergüenza). ¿Cómo es posible que camino de los cinco millones de parados, comedores sociales abarrotados y echando balones fuera (también a Europa),  nuestros representantes de sangre azul y roja se pongan las botas sin que nadie diga nada ajeno a un culo?

Los medios de comunicación de este país, en especial todos los periódicos de hoy, abren con la foto de la recepción de la cena: Bruni y Ortiz, Carla y Letizia, por delante y por detrás, tris, tras, joyas, glamour, miradas de poder, estilo en la espalda curvada y culos enfrentados son las caras de la noticia. Sucia portada.  

Sólo glamour, mucha imagen y marca. Fotos por delante, por detras, por el medio. Lo más aparente nos cuentan sin un ápice de crítica al contexto, a las cifras, a lo que hay detrás.

¿Saben cuanto costó el menú del sarao que celebraron ayer los elegidos? 160 euros el plato.

El coste total estimado de la recepción fue de 17,3 millones de euros. No vomiten todavía, que hay más.

El estilo de cómo los medios iban a tratar esta escandalosa recepción ya se dejaba prever este sábado gracias a la “periodista” que adelantó en El Mundo lo "más significativo" de este obscena cenita, Emilia Landaluce.

Emilia, con reportaje de encargo para el suplemento del periódico de Pedro J, se preocupaba en su análisis por el duelo entre Letizia Ortiz y Carla Bruni: “¿Varella o Caprile? A la princesa no le queda ya más tiempo para decidir,” decía.

Hoy, todos los periódicos muestran las fotos de esta "visita de estado" (de estado crítico, desde luego) con el foco en el glamour de las damas y con comentarios del tipo: Letizia estuvo a la altura, la Princesa aguantó el tirón...

Y volteando la página del reportaje de fotos nos encontramos con el obsceno festín de cifras y más cifras de los imparables dramas humanos (9000 nuevos parados cada día). Recuerden: La crisis más brutal azota a la población y ellos, los elegidos de la última cena, gastaron en menos de tres horas: 17,3 millones de euros.

Por cierto, ¿saben quiénes  participaron del festín, además de los siempre sufridos reyes?  

Zapatero y señora, Bono y señora, Sarko y señora, Rajoy y señora,  De la vega y señora, Moratinos, Esperanza Aguirre… Y, ¡atención! los representantes de "la sociedad” (no, no hablo de un grupo de obreros con la tarjeta del Inem entre sus manos), sino los de la otra "sociedad", la SUCIEDAD en mayúsculas: Toreros, banqueros, directores de medios, Alicia Koplowitz, Emilio Botín y (¡agárrense!) ... ¡Pedro Almodóvar!

Con los platos rotos, la vajilla fundida, y las ostras y el cava digeridos, el país despierta más miserable que nunca, viendo las fotos de la última "obscena".

Esta es la cruda realidad que esconden las fotos del poder. Ya pueden vomitar, si es que hoy han podido llevarse algo a la boca.