La princesa Letizia, con un traje rancio de inspiración chanel que le añade años y le resta luminosidad. Más que la nuera, parecía una amiga de la reina Sofía. Durante la ceremonia se veía tensa, apretaba tanto una mano contra la otra que desde la tribuna de prensa se podían percibir los dedos enrojecidos por la tensión.