Faltaban los novios pero por lo demás la ceremonia de inauguración de la IX Legislatura parecía una boda por todo lo alto. Los señores de traje oscuro y corbata alegre. Y las señoras envueltas en destellos tornasolados, blondas, sedas y demás telas de catálogo nupcial. Congregadas todas las fuerzas vivas, el poder ejecutivo, legislativo y judicial -y hasta el nuncio de su santidad el Papa- y presidido por la familia real, el acto parecía estar sucediendo dentro de las páginas del Hola.