Una encuesta revela que la política de Obama en Afganistán pierde apoyo entre los estadounidenses

WASHINGTON.-  Mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, y su Gobierno elaboran una nueva estrategia para la guerra en Afganistán, los americanos se muestran cada vez más divididos sobre si el presidente debería enviar 40.000 efectivos adicionales --un 49 por ciento se opone--, y la aprobación pública sobre la forma en que el presidente ha tratado la situación ha descendido, y ahora alcanza un 47 por ciento de desaprobación, según una nueva encuesta del diario 'Washington Post' y de ABC.

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Reuters (EUROPA PRESS)

Mientras el presidente estadounidense, Barack Obama, y su Gobierno elaboran una nueva estrategia para la guerra en Afganistán, los americanos se muestran cada vez más divididos sobre si el presidente debería enviar 40.000 efectivos adicionales --un 49 por ciento se opone--, y la aprobación pública sobre la forma en que el presidente ha tratado la situación ha descendido, y ahora alcanza un 47 por ciento de desaprobación, según una nueva encuesta del diario 'Washington Post' y de ABC.

La decisión de las tropas es una de las decisiones más complejas y más decisivas sobre la estrategia de seguridad de la presidencia de Obama. A esto se le une el gran riesgo que conlleva, sea cual sea la decisión que tome.

Así, ordenar el envío de más fuerzas a Afganistán podría abrir una brecha con los demócratas de Obama, la mayor parte de los cuales afirma que no "vale la pena seguir luchando" y se oponen firmemente a la idea. Pero los republicanos tienen puntos de vista diametralmente opuestos, y una decisión que no se inclinara por aceptar las recomendaciones del militar responsable de las tropas en Afganistán, el general Stanley McChrystal --el comandante de las dos misiones militares desplegadas en Afganistán, la de la OTAN y la encabezada por Estados Unidos--, probablemente aumentaría su oposición al presidente.

Un día después de que el presidente afgano, Hamid Karzai, acordara presentarse a una segunda vuelta de las elecciones, la encuesta muestra que dos tercios de la sociedad estadounidense también consideran que los comicios fueron fraudulentos, y que las pruebas son generalizadas, una evaluación negativa que atraviesa todas las líneas ideológicos y partidos.

Mientras que el 57 por ciento de los encuestados aprueban la forma en la que Obama lleva a cabo sus tareas como comandante en jefe, la confianza en su liderazgo sobre la guerra de Afganistán ha disminuido. En encuestas anteriores, Obama recibía algunos de los índices más altos en relación con la forma en que trataba Afganistán, incluido el 63 por ciento de aprobación el pasado mes de abril.

Así, en la última encuesta, el 45 por ciento aprueba la forma en que maneja la guerra afgana y el 47 por ciento la desaprueba, diez puntos más de los que se registraron el mes pasado. Casi un tercio de los encuestados aseguraron que desaprobaban firmemente esta gestión.

Entre los miembros de su partido, casi dos tercios de los demócratas dan a Obama una calificación positiva sobre Afganistán, aunque se enfrenta a una posible pérdida de este apoyo si decide ordenar el incremento que recomendó McChrystal. Sólo un tercio de los demócratas se muestra a favor de esta opción, mientras que el 61 por ciento se opone --el 51 por ciento se opone firmemente--.

Por el contrario, más de dos tercios de los republicanos se muestran a favor de un incremento, incluido el 51 por ciento que apoya con firmeza la recomendación de un aumento de tropas.

Sobre la cuestión de si la Administración tiene una estrategia clara para Afganistán, el 63 por ciento de los americanos dicen que no la tiene. Más de ocho de cada diez republicanos, cerca de dos tercios de los independientes y la mitad de los demócratas creen que la Administración carece de un plan claro.

ESCASO INTERÉS

La nueva encuesta también revela el escaso interés público a la hora de redefinir el objetivo en la guerra, ya que cuatro de cada cinco americanos dicen que la política estadounidense debería tener como objetivo impedir que los talibán vuelvan al poder en el país, incluso si hay segmentos dentro de este movimiento que no apoyan el terrorismo contra Estados Unidos.

Cerca de dos tercios de los encuestados sitúan como "alta prioridad" el objetivo de detener a los talibán de asumir el poder de nuevo, y un número similar da prioridad a la hora de mantenerse en guardia contra los nuevos campamentos de la red terrorista Al Qaeda, cuestiones sobre las que hay diferencias mínimas en todos los partidos. La encuesta fue realizada mediante llamadas telefónicas del 15 al 18 de octubre de una muestra de 1.004 adultos.