Miles de personas asisten a la proclamación del cardenal Sancha como beato

Toledo.-  Miles de personas abarrotaron hoy la catedral de Toledo para asistir a la solemne misa de beatificación del cardenal y arzobispo de Toledo Ciriaco María Sancha y Hervás, "padre de los pobres", cuyas reliquias reposan en una urna de plata en el templo primado, donde fue enterrado hace un siglo.

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La ceremonia religiosa estuvo presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, Angelo Amato, y fue concelebrada por medio centenar de obispos y cardenales.

Entre ellos estuvieron el arzobispo de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco, y el ex-arzobispo de Toledo y promotor de la causa de beatificación, Antonio Cañizares, así como el actual prelado de la archidiócesis toledana, Braulio Rodríguez.

Entre las autoridades civiles y representantes políticos, acudió en nombre del Estado y del Gobierno, el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, quien destacó la importancia del nuevo beato en la "historia de la Iglesia y en la Historia de España".

También acudió el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page; el presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño, así como la presidenta regional del PP y secretaria general de este partido, María Dolores de Cospedal, entre otros representantes políticos.

La beatificación de Sancha (1833-1909), "que vivió pobre y murió paupérrimo", tal y como reza en su lápida en la catedral, ha sido la primera de un cardenal en España y también la primera que tiene lugar en la diócesis de Toledo desde la época visigoda, después de San Ildefonso.

En su intervención, Ángelo Amato destacó que la Iglesia en España sigue siendo una Iglesia de Santos y que en ese "firmamento de santidad brilla con luz propia el cardenal Sancha", "padre de los pobres" y "promotor de la unidad de la Iglesia".

De Sancha y Hervás, nacido en 1833 en Quintana del Pidio (Burgos) de una familia de labradores, Amato también ha recordado el lema que rigió su vida: "la autoridad debe ser un imán que atraiga y no una losa que aplaste".

El solemne ritual tuvo lugar en el crucero del altar mayor de la catedral y tras la proclamación del nuevo beato se descolgó un gran lienzo que representa a Sancha paseando por las calles de Toledo y rodeado de niños, a los que siempre acogió, y que ha sido pintado por la cordobesa María José Ruiz.

En esta celebración se ha estrenado la polifonía de la misa que ha compuesto el maestro Jaime León Gómez, que ha sido interpretada por la Schola Cantorum del Seminario Mayor, los Seises del Colegio de Nuestra Señora de los Infantes, la Coral Silíceo y la Orquesta Sinfónica de Toledo.

A este evento, que se ha vivido como un hito histórico en la ciudad de Toledo, acudieron miles de fieles, muchos de ellos llegados en autobuses procedentes de distintas diócesis vinculadas a la vida y al ministerio pastoral del prelado burgalés.

También llegaron varios centenares de peregrinos de Hispano América, especialmente de la República Dominicana, el país en el que purpurado fundó la congregación de las Hermanas de la Caridad del Cardenal Sancha y donde obró el milagro atribuido a su intersección y que supuso la curación de una mujer que padecía cáncer y que sanó "sin intervención humana".

Las reliquias del nuevo beato reposan en una urna de plata que se colocará bajo el altar de la capilla de San Pedro del templo primado, donde Sancha quiso estar como muestra de su adhesión al sucesor de Pedro.

Tras el solemne oficio religioso, muchos fieles quisieron inmortalizar el momento y se acercaron hasta la urna para hacer fotografías y besar las reliquias del nuevo beato de la Iglesia.