MONUC se opone a suspender la ofensiva con el Ejército congolés pese al coste humanitario

Naciones Unidas.-  El jefe de la misión de paz de la ONU en la República Democrática del Congo (MONUC), Alan Doss, expresó hoy su oposición a la idea de suspender la ofensiva conjunta con el Ejército congolés contra rebeldes hutus, pese a las recientes denuncias sobre su alto coste humanitario.

Doss señaló en una comparecencia ante el Consejo de Seguridad de la ONU que la suspensión en este momento de las operaciones en el este de la República Democrática del Congo (RDC) contra las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) proporcionaría a los rebeldes tiempo para rearmarse y reagruparse.

"Una suspensión complicaría los esfuerzos del Gobierno para imponer la autoridad del Estado y prevenir la reaparición de otros grupos armados, que podrían concluir que los ataques contra civiles pueden forzar al Gobierno a ceder ante sus demandas", afirmó.

Indicó que también se enviaría un mensaje ambiguo a algunos elementos de las Fuerzas Armadas de la RDC que en el pasado han colaborado, al tiempo que se socavaría la determinación del Ejército y "paradójicamente" agravaría sus problemas de disciplina.

"Ruanda también lo podría interpretarlo como un retroceso en el proceso de acercamiento (a la RDC) que ha abierto una nueva perspectiva en (las provincias de) Kivos", agregó.

El diplomático británico aseguró que es imposible "proteger a todo el mundo, todo el tiempo" en esas dos provincias orientales en las que operan grupos armados como las FDLR, a los que se acusa de haber participado en el genocidio de 1994 en Ruanda.

Decenas de organizaciones humanitarias y de defensa de los derechos humanos aseguraron el pasado 13 de octubre en Kinshasa que el precio pagado por la población civil es "inaceptable", luego de que 1.143 personas hayan sido asesinadas y 900.000 obligadas a abandonar sus hogares desde enero pasado.

Doss advirtió de que poner fin a la ofensiva, que lleva por nombre Kimia 2, supondría una victoria para los guerrilleros hutus y reforzaría su estructura de mando tras años de labor para debilitarla.

Al mismo tiempo, se mostró de acuerdo en que la presión militar por sí sola es insuficiente para resolver los problemas causados por las FDLR y requieren de un enfoque "polifacético" que incluya un aumento de la protección de la población civil y medidas para incentivar deserciones de guerrilleros.

Pidió que se aumente la presión sobre los líderes en el exterior del grupo armado para que contribuyan a poner fin a las acciones de sus combatientes en el interior de la RDC.

Un año después de la crisis causada por la ofensiva de los rebeldes tutsis congoleños del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP), que finalmente fue derrotada, existe "la posibilidad real de poner fin a los conflictos que por largo tiempo han devastado el este del Congo", afirmó.

Doss no hizo mención en su discurso a la acusación formulada el jueves en Kinshasa por el relator especial de la ONU para Ejecuciones Extrajudiciales y Sumarias, Philip Alston, que calificó de "catastróficas" las operaciones militares respaldadas por la MONUC.

Alston aseguró que tropas gubernamentales asaltaron el pasado abril un campo de refugiados ruandeses hutus, donde mataron a 50 personas, secuestraron y violaron a 40 mujeres y prendieron fuego al poblado.

Sin embargo, a la salida de la reunión del Consejo, el responsable de la misión de la ONU dijo no estar de acuerdo con la caracterización de Alston de la ofensiva Kalima 2, sin que por ello quiera "minimizar los problemas" que ha causado.

Recordó que la comunidad internacional lleva años pidiendo al Gobierno congolés que expulse a los grupos armados que han aterrorizado la región oriental del país.