Plomazo de corrida de toros imposibles y toreros sin opciones en Zaragoza

Zaragoza.-  Un plomazo de corrida de la ganadería de Dolores Aguirre, de toros imposibles para alcanzar un mínimo triunfo, echó al traste con cualquier opción de triunfo por parte de los toreros, hoy en Zaragoza.

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(EFE)

El diestro Paúl Abadía "Serranito" torea de muleta a uno de sus enemigos, durante la octava corrida de la Feria del Pilar, en el coso zaragozano.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Dolores Aguirre, grandes y astifinos, mansos y complicados.

Fernando Robleño: cuatro pinchazos y metisaca (silencio tras aviso); y cuatro pinchazos (palmas).

Paúl Abadía "Serranito": estocada corta que escupe y descabello (silencio); y cuatro pinchazos y dos descabellos (silencio).

José Miguel Pérez "Joselillo": pinchazo y estocada desprendida (ovación); y dos pinchazos y estocada (silencio tras aviso).

En cuadrillas, dos buenos pares de José Antonio Candelas al cuarto sin llegar a saludar.

La plaza tuvo media entrada en tarde espléndida, con la capota descubierta.

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UNA DE "DOLORES" EN TODA REGLA

Corrida imposible fundamentalmente por la dureza del ganado. No faltó ánimo en los toreros, ni recursos a pesar de tanta dificultad, aunque en algún momento pudieron haber aplicado otro concepto de lidia, en el sentido estricto de lo que se conoce por lidiar, antes que buscar el toreo de la estética.

Los de Dolores Aguirre "no se dejaron". Esa es la conclusión primera y última de la tarde. Y aunque no faltó disposición en los toreros, aquello no dio resultado.

Complicado en extremo el que abrió plaza. Parecía que humillaba, puesto que se arrancaba por abajo, pero a mitad de viaje ya tenía la cara por las nubes. Llevaba también el freno echado. Toro que no perdonó errores, "metiéndose" a las primeras de cambio, sabiendo perfectamente donde estaba el hombre.

Robleño hizo más de lo que cabía. Con la muleta siempre por delante, tratando de buscarle unas vueltas al fin y al cabo inexistentes. Por todo ello se pasó de faena, poniéndose el toro todavía más difícil para la muerte.

El cuarto, manso y correoso también, no obstante, tomó la muleta con mas continuidad. Muy dispuesto Robleño, le robó pases notables y seguidos por el pitón derecho. Fue lo más destacado de la tarde, aunque sin rúbrica con la espada.

El primero de "Serranito", manso sin disimulo, no pasó ni una sola vez en el capote, y hubo que meterlo hasta seis veces en el caballo, saliendo siempre rebotado. Demasiadas dudas en el toro, incierto, y en el torero, desconfiado. La faena, o mejor, el trasteo, no pasó de las probaturas.

Todavía hubo menos en el quinto, toro que llegó tan parado a la muleta, absolutamente remiso, que "Serranito" no pudo darle ni un pase, lo que se dice ni uno. Alguna vez que se arrancó lo hizo por sorpresa y sin terminar de pasar. Esta vez también "Serranito" mató de cualquier manera.

"Joselillo" tuvo uno de los toros menos malos del envío, el tercero, aunque sin dejar de ser manso. Toro con poder, que campó a su aire, suelto y sin fijeza en los dos primeros tercios. Incierto y corto de embestida, sin embargo, pasó por la muleta con cierta franqueza en algunos momentos. "Joselillo" le esperó, le aguantó y le llevó. Pero no hubo continuidad. No dejó el toro pese a todo posibles desahogos.

El sexto se movió también aunque igualmente sin clase, incierto, de modo que "Joselillo" tampoco pudo resolver.