La Comisión Europea apremia a la ONU en la lucha contra la violencia sexual en conflictos

Naciones Unidas.-  La vicepresidenta de la Comisión Europea (CE), la sueca Margot Wallström, apremió hoy a la ONU para que implemente con rapidez la resolución 1.888 recién adoptada por el Consejo de Seguridad sobre la violencia sexual contra las mujeres y las niñas en las situaciones de conflicto.

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(EFE)

La vicepresidenta de la CE, la sueca Margot Wallström, se reunió hoy con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para tratar esta materia y posteriormente pronunció una conferencia en la Universidad Columbia de Nueva York. EFE/Archivo

Wallström se reunió hoy con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, para tratar de esta materia y posteriormente pronunció una conferencia en la Universidad Columbia de Nueva York.

"Le pedí (a Ban) que se pongan a trabajar cuanto antes, que nombre un representante especial para que empiece a trabajar en este tema, y le pregunté cómo desde Europa lo podemos ayudar", dijo a Efe la vicepresidenta de la CE tras el encuentro con Ban.

La resolución 1.888 adoptada por el Consejo de Seguridad de la ONU pide el nombramiento de un representante especial que dirija, coordine y abogue por el fin de estos delitos y la designación de un equipo de expertos que asesore a los gobiernos para prevenirlos y reforzar los sistemas de justicia.

Wallström señaló que es muy importante aprovechar el "impulso político" que se ha conseguido en la comunidad internacional para combatir la impunidad de quienes violan a mujeres y niñas.

En particular mencionó el renovado interés de EE.UU., que quedó demostrado por el hecho de que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, decidiera presidir la reunión en la que se adoptó la resolución 1.888.

Éste documento indica que "acabar con la impunidad es esencial cuando una sociedad está en conflicto o recuperándose" y quiere poner fin a los abusos cometidos contra los civiles y prevenirlos en el futuro.

También hace referencia a dos resoluciones anteriores del Consejo, la 1.325 de 2000 y la 1.820 de 2008, que colocaron en la agenda del máximo órgano de decisión de Naciones Unidas los casos de violencia sexual en los conflictos armados.

Wallström destacó que prácticamente ha pasado una década desde la adopción del primero de estos textos, sin que se hayan conseguido avances notables en la materia.

"La situación ha empeorado, no mejora, y simplemente se debe poner fin. Hay que acabar con la impunidad, identificar a los culpables", subrayó.

A su juicio, hay "muchas cosas" que se pueden hacer para aumentar la intensidad de la lucha contra la impunidad con la que actúan soldados, guerrilleros y delincuentes que emplean la violencia sexual como "arma de terror".

Entre ellas señaló la imposición de sanciones, identificar a los países en los que falte voluntad para combatir esta práctica, fortalecer a los sistemas judiciales locales que deben procesarlos e incrementar el papel de la mujer en la resolución de conflictos, entre otras cosas.

"Hay una larga lista de cosas que se pueden hacer, pero por supuesto primero se requiere de voluntad política, de la ONU y de los países miembros", apuntó Wallström, quien rechazó el argumento de que estas agresiones son "un fenómeno cultural" vinculado a la violencia.

"Es evidente que es un arma, es algo intencionado, van de aldea en aldea, no es solamente algo que pasa porque los hombres no se pueden controlar", agregó.