Con ese tic nervioso que le castiga cuando está tenso y le hace abrir los ojos exageradamente, Rajoy por fin se ha dejado ver y hasta preguntar por la destitución de Costa y sobre por qué no exige a Camps la misma responsabilidad que le ha empujado a cortar la cabeza al portavoz y secretario general del partido en Valencia. Una rueda de prensa en Génova —que en realidad estaba prevista para ayer por la tarde aunque se ha acabado organizando esta mañana— ha servido para volver a extender un cheque en blanco al presidente de la Generalitat. Ayer mismo en el Congreso de los Diputados los periodistas les pedían a Soraya Sáenz de Santamaría y al resto de diputados más cercanos al líder de la oposición: "Decidle al jefe que a ver cuándo se anima a salir y dar alguna explicación". Todo muy acorde con la "prudencia y sin precipitación" con que presume actuar el presidente del PP.
Uno de los tics que se apoderan de Rajoy cuando está tenso.
Le ha costado pronunciar el nombre de Francisco Camps. Y los motivos para medir con dos varas distintas al líder valenciano y a su segundo no han resultado convincentes. Tratar de no manchar el nombre de Costa después de haberle decapitado resulta contradictorio. "No tengo duda de su honradez personal", dice primero para añadir a continuación: "Como presidente del PP no voy a consentir conductas que puedan avergonzar a nuestros votantes independientemente de que sean o no sancionables desde el punto de vista penal". Un argumento que tampoco cuadra con la rotunda postura que había venido manteniendo hasta hace muy poco. "No han sido imputados por ningún tribunal" es la frase más repetida por Rajoy desde que saltó el caso Gürtel. La presunción de inocencia ha funcionado en casos como el de Bárcenas y Galeote hasta el último momento. La fe del 'jefe' en Camps, sin embargo, no admite comparación. Los baños de multitudes organizados para lavar la imagen del que un día fuese considerado 'el delfín' se han sucedido a pesar del resquemor que despertaba tal exceso de exhibicionismo en numerosos dirigentes. Y la confianza parece que se mantiene inquebrantable.
Afirmaciones como "no hay ningún elemento nuevo que le afecte o le haga merecedor de ser cesado" o "Camps no me ha mentido, mantengo en Camps el mismo nivel de confianza que en los últimos años y mi voluntad es que siga siendo presidente y vuelva a ser candidato a la Generalitat" y "una vez archivado el caso que afectaba a Camps y después de que la fiscalía ocultara datos no hay elemento nuevo que ponga en duda que Camps debe seguir" han certificado su apoyo absoluto. En ningún caso Rajoy ha aceptado comparar el "plus de responsabilidad" que justifica la destitución de Costa con el que sería exigible a Camps, garante último de la tan carareada honorabilidad del partido en la comunidad. Las lecciones de ética que se extraen de las palabras de Rajoy siembran la confusión. Habrá que esperar a conocer el anunciado "Código de Buenas Prácticas" para saber si el baremo varía en función del cargo, de los servicios prestados al 'jefe' o de la información que se controla.
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Soitu.es se despide 22 meses después de iniciar su andadura en la Red. Con tristeza pero con mucha gratitud a todos vosotros.
Fuimos a EEUU a probar su tren. Aquí están las conclusiones. Mal, mal...
Algunos países ven esta práctica más cerca del soborno.
A la 'excelencia general' entre los medios grandes en lengua no inglesa.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar. Citar este verso de Machado no puede ser más ocurrente al hablar de Mariano Rajoy. Tras la renuncia de Zapatero y las voces que señalan que la estrategia popular podría verse dañada, es necesario preguntarse algo. ¿Ha hecho camino Rajoy? ¿Se ha preparado para ser presidente? Quizás la respuesta sorprenda.
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“Algunos luchamos por tener los pies en suelo.” Lo decía ayer en su Twitter Raül Romeva, uno de los cuatro eurodiputados españoles (Oriol Junqueras, de ERC, Ramon Tremosa, de CiU, Rosa Estarás del PP y él, de ICV) que apoyaron la enmienda para evitar que el presupuesto comunitario de 2012 contemple los vuelos en primera clase de los parlamentarios europeos. No era una excepción. Lo escribía ahí porque es lo que hace siempre: ser transparente.
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Son los cien primeros, como podrían ser doscientos o diez. Lo importante es el concepto. La idea de tener unos días para llevar a cabo la transición desde la oposición al gobierno. Del banquillo, a llevar el dorsal titular. Nunca tendremos una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión. Y los cien primeros días son esa primera impresión. Veamos su importancia.
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“Os propongo que sea el Comité Federal, en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos del partido para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales.” De esta manera, Zapatero ha puesto las primarias en el punto de mira tras anunciar que no será candidato a la reelección. Tras este anuncio, observamos algunas reflexiones sobre el proceso
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