Los príncipes de Asturias visitan el Centro de Cultura Hispánica en Albuquerque

Albuquerque (Nuevo México).-  Los príncipes de Asturias constataron hoy en la ciudad de Albuquerque (Nuevo México) la recuperación de lo hispano en este estado de EE.UU., al visitar el Centro Nacional de Cultura Hispánica, que nació hace nueve años con ese propósito.

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(EFE)

Los Príncipes descubrieron una placa conmemorativa de esta visita, antes de trasladarse a la Universidad de Nuevo México. EFE/Archivo

Don Felipe y doña Letizia, que llegaron el domingo por la tarde a esta ciudad bañada por el Río Grande, comenzaron su primer día de trabajo de esta su segunda visita oficial a Nuevo México -estuvieron aquí juntos por primera vez hace cinco años- en ese Centro, el mayor de Estados Unidos dedicado a recuperar y difundir la herencia española en la región.

El heredero de la Corona española y su esposa fueron recibidos por el ex embajador de EE.UU. en España Edward Romero, el secretario de Asuntos Culturales de Nuevo México, Stuart Ashman, y el director del Centro, Estevan Rael- Gálvez

Junto a ellos recorrieron las nuevas instalaciones, abiertas hace una semana, en las que se encuentra el Instituto Cervantes y el Centro Español de Recursos del Ministerio de Educación, y de las que Felipe de Borbón y su esposa pusieron la primera piedra en 2004.

Los Príncipes descubrieron una placa conmemorativa de esta visita, antes de trasladarse a la Universidad de Nuevo México.

El Centro nació en 2000 ante la petición de los ciudadanos de este estado -con unos dos millones de habitantes, de los que el 42 por ciento son de origen hispano- al Gobierno español para recuperar lo mucho que dejaron españoles y mexicanos en estas tierras durante casi tres siglos.

El Instituto Cervantes de Albuquerque impartió el pasado curso académico 93 cursos de español, con un total de 534 matrículas, y varios cursos de literatura con 32 alumnos.

El Centro Español, en colaboración con la Universidad y la administración de Nuevo México, ofreció 40 talleres por todo el estado, dirigidos a 842 profesores de español.

La extensión del español por Estados Unidos se refleja en muchas de sus ciudades y pueblos y en el hecho de que uno de cada diez estadounidenses mayor de cinco años habla la lengua de Cervantes en su casa y en que la eligen como segundo idioma dos de cada tres alumnos estadounidenses.

Después, los Príncipes se reunieron con el Comité Asesor de la Cátedra Príncipe de Asturias de la Universidad de Nuevo México, la única de las tres que hay en Estados Unidos -las otras están en Georgetown y en Tufts- cuya especialidad es la Ciencia y la Tecnología de la Información.

Dedicada a la formación de jóvenes científicos españoles e iberoamericanos, la cátedra inició su actividad en 2000 con un profesor español y con seis becas, tres de postgrado y otras tres de pregrado, financiada por la eléctrica española Iberdrola.

La Universidad de Nuevo México, fundada en 1889 y considerada como una de las cinco mejores del país en investigación y ciencia, mantiene una estrecha colaboración con España e Iberoamérica, con numerosos acuerdos suscritos con otros centros de enseñanza superior como Granada, Santiago de Compostela o Politécnica de Valencia.

La comunidad hispana -sobre todo mexicanos- se asentó en Albuquerque, ciudad que fue fundada por los españoles en 1706, por su proximidad al Río Grande y el Camino Real, que en la época colonial española era empleado como ruta comercial entre México y el norte de Nuevo México.

Al igual que hace cinco años, los príncipes de Asturias asistirán esta noche en la capital de Nuevo México, Santa Fé, a una cena en la residencia del gobernador del Estado, Bill Richards, y el martes volverán a esa ciudad para inaugurar los actos de celebración de la fundación de esa ciudad por españoles hace 400 años.

El príncipe de Asturias ha cumplido la promesa que hizo en su primera visita a este estado en 1989, que fue también su primer viaje a Estados Unidos como representante de la Corona española, de volver muchas veces a Nuevo México, ya que regresó en 2000 y volvió en 2004 con su esposa.