Iker Casillas-Navas, Pedro, De Gea, Muniain y Zigic

Roberto Morales Madrid.-  Roberto Morales

Madrid, 4 oct (EFE).-

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IKER CASILLAS.

Pocas veces perdió en su carrera tras un recital de paradas. Acabó desquiciado por la falta de concentración defensiva de sus compañeros en el Sánchez Pizjuán. Dando dos patadas de rabia con sus tacos a los palos, mordiéndose la lengua, tras un festival de paradas salvadoras. Los milagros de Iker no evitaron que la Liga pase a ser cosa de tres.

Reconocido esta semana como el mejor portero del mundo, las brillantes intervenciones de Iker no evitaron el primer descalabro de un equipo que no encuentra un estilo. Ha estado 437 minutos sin encajar un gol en un conjunto eminentemente ofensivo. Hasta que Jesús Navas se cruzó en su camino. Partido para enmarcar de un extremo que enloqueció a Marcelo, y pide a gritos un hueco en la selección española de los récords y el buen gusto.

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PEDRO RODRÍGUEZ.

Asentado en el primer equipo del Barcelona y autor de goles claves, Pedrito ha pasado a llamarse Pedro. A este paso Don Pedro. Asoma entre las estrellas azulgranas a base de una pegada demoledora, de un oportunismo que da luz a su crecimiento y ensombrece el de su amigo Bojan Krcic.

Representa el éxito de la cantera del Barcelona. La conoce al dedillo Pep Guardiola que tras ver como Pedro, autor del gol que valió una Supercopa de Europa, tumbaba al Almería, cambió la felicitación por la crítica de exigencia. Solo él sabe el techo de un joven con mucho margen de crecimiento.

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DAVID DE GEA.

El destino futbolístico deja guiños que ayudan a forjar carreras tras un segundo de éxito. Lo tuvo De Gea, clave en una parada de penalti, que da alas al Atlético de Madrid y de paso salva el puesto de Abel Resino.

Pasan al olvido las críticas a García Pitarch cuando se olvidó de la cesión del joven De Gea, sin hueco ante la llegada de Asenjo y Roberto. El Mundial sub'20 y una lesión muscular, empujaron al protagonismo a un niño de 17 años, conocido en el vestuario como "el ruso", que dejó buenas señales en Oporto y las confirmó en el Calderón. El sueño de su vida cumplido. La afición en pie coreando su nombre. El Atlético tiene porteros por muchos años.

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IKER MUNIAIN

Tiene el descaro que concede su juventud y la explota con su llegada al arco rival. Muniain no se conformó con ser el jugador más joven en debutar con el Athletic Club de Bilbao. En Valladolid pasó a ser el futbolista más joven en marcar un gol en la historia de la Liga.

A sus 16 años, 9 meses y 15 días Muniain se ha convertido en el centro de las miradas del Athletic Club. Un experto en canteranos como Joaquín Caparros vigila al detalle sus apariciones. Cuida con mimo su crecimiento, para crear una estrella de un proyecto que promete. Su espíritu de lucha se identifica con la historia de San Mamés.

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NIKOLA ZIGIC.

El fútbol depara esos caprichos cuando un futbolista se enfrenta al equipo que lleva en su corazón. Zigic estará eternamente agradecido al Racing de Santander. Le dio a conocer en Europa y le permitió en su segunda etapa demostrar que es futbolista para un equipo fuerte como el Valencia.

La lesión de David Villa le hizo aparecer por El Sardinero. Pese a su envergadura, surgió de la nada para aprovechar el regalo de un ex compañero, Pinillos, que le sirvió en bandeja el gol del castigo. Respetuoso, no celebró un tanto que reivindica su figura ante la falta de confianza de Unai Emery.