Los familiares de los caídos viajan a las Malvinas a cumplir "un viejo sueño"

Buenos Aires.-  Centenares de familiares de argentinos muertos en la guerra de 1982 con el Reino Unido por el dominio de las Malvinas aterrizarán desde este sábado en las islas para inaugurar un monumento a los caídos y cumplir así "un viejo sueño" de "duelo y memoria".

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(EFE)

Antes de viajar a Santa Cruz, donde este sábado los familiares serán saludados por la presidenta argentina, Cristina Fernández, allegados a los caídos asistirán a una misa en la Catedral de Buenos Aires. EFE/Archivo

Un primer contingente de 170 familiares viajará este viernes hacia la sureña provincia argentina de Santa Cruz y desde allí partirá al día siguiente hacia el archipiélago, mientras que un segundo grupo llegará a las islas el sábado 10 con el fin de homenajear a los fallecidos en el cementerio malvinense de Darwin.

"Estamos cumpliendo un viejo sueño, que no fue fácil. Hay gente que viaja por primera vez. Para muchos va a ser un viaje lleno de tensión y angustia, pero permite cerrar el círculo", afirmó Héctor Cisneros, presidente de la Comisión de Familiares de Soldados Caídos en Malvinas, durante una rueda de prensa en la Cancillería.

"Es muy emocionante viajar hacia donde nuestros hijos derramaron su sangre. Es un reconocimiento después de que nuestros hijos hayan estado olvidados durante muchos años", enfatizó Delmira De Cao, madre de Julián, uno de los 649 soldados argentinos en la guerra de Malvinas.

La primera ceremonia de homenaje se desarrollará el próximo sábado en el cementerio y se repetirá una semana después con el segundo contingente de familiares, que llevarán ofrendas y una imagen de la virgen de Luján, patrona de Argentina.

El monumento que recuerda a los caídos argentinos es un cenotafio semicircular de 56 metros que bordea el perímetro del cementerio de Darwin, en la isla Soledad, a 130 kilómetros de Puerto Argentino (Port Stanley), la capital del archipiélago situado en el océano Atlántico y cuya soberanía está en disputa desde 1833.

El cenotafio situado en el cementerio, donde yacen 237 soldados argentinos, está coronado por una cruz de tres metros de altura e incluye 24 placas que representan a las provincias del país.

"Recibimos recomendaciones del gobierno británico sobre el contenido de las placas para evitar conflictos con los isleños", indicaron a Efe fuentes de la comisión de familiares, que señalaron que también fueron prohibidos "el uso de la bandera argentina o que se cante el himno durante el homenaje".

El contingente también estará integrado por los familiares de los caídos en el crucero General Belgrano, que atacado y hundido por un submarino británico durante la guerra.

Se necesitaba "un lugar fijo" donde también recordar a esos caídos, explicó Cisneros.

El jefe de Gabinete de la Cancillería argentina, Alberto D'Alotto, aseguró que esta visita, en la que los familiares irán acompañados por religiosos y médicos, "es el resultado de muchos años de esfuerzo" y negociaciones para poder inaugurar el monumento, cuya construcción finalizó en 2004.

"Lo entendemos como una obligación del Estado argentino para con nuestros muertos, para que todos tengan un lugar para poder recordarlos", añadió el coordinador de Asuntos Bilaterales de la Cancillería, Eduardo Villalba.

Antes de viajar a Santa Cruz, donde este sábado los familiares serán saludados por la presidenta argentina, Cristina Fernández, allegados a los caídos asistirán a una misa en la Catedral de Buenos Aires oficiada por el arzobispo Jorge Bergoglio.

La guerra de las Malvinas, que causó 255 bajas en las filas británicas, se desató el 2 de abril de 1982, cuando las tropas argentinas invadieron el archipiélago del Atlántico Sur.

Las tropas argentinas se rindieron el 14 de junio, lo que abrió un proceso por el que la dictadura militar que gobernaba al país sudamericano desde el golpe de estado de 1976 terminó cediendo al restablecimiento de la democracia en 1983.

Las negociaciones por la soberanía de las Malvinas permanecen estancadas por la negativa del Reino Unido a aceptar los términos de resoluciones de las Naciones Unidas que desde 1965 califican a las islas como un "enclave colonial".