El presunto asesino niega ser el autor, pero reconoce que la metió en la fosa séptica

Santa Cruz de Tenerife.-  Salvador Alberto Morales Méndez, presunto asesino de Isabel Canino, cuyo cadáver fue encontrado en una fosa séptica de una vivienda propiedad del acusado tras 67 días desaparecida, negó hoy ser el autor del crimen, pero reconoció que fue quien escondió el cuerpo en ese lugar.

ampliar foto

(EFE)

En la imagen, Salvador Alberto Morales Méndez, presunto asesino de Isabel Canino. EFE/Archivo

Morales Méndez, que había sido compañero sentimental de Isabel Canino, quien murió estrangulada según la investigación policial, prestó declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Violencia de Género de Santa Cruz de Tenerife.

Ante la juez declaró que al regresar a su casa se encontró el cadáver de Isabel atado con unas bridas y lo metió en la fosa séptica, según explicó a la prensa tras la vista el abogado de la acusación particular en representación de la familia de la víctima, José Manuel Niederleytner.

Sin embargo, no aclaró por qué escondió el cadáver si no tenía nada que ver con su muerte, ni por qué no dio cuenta del hallazgo, dijo el letrado.

La declaración de Salvador Alberto Morales se demoró tres horas, durante las que contestó a las preguntas del fiscal, la juez, la defensa y la acusación particular.

Familiares y amigos de la víctima aguardaban desde primera hora a las puertas del Palacio Judicial y abuchearon e increparon al acusado, que fue trasladado desde la cárcel grancanaria de Salto del negro y que llegó en un coche camuflado de la Guardia Civil que lo introdujo directamente en el garaje del edificio.

Tras declarar, el acusado abandonó el edificio en un furgón de la Guardia Civil, y se produjeron algunos forcejeos cuando los familiares y amigos de Isabel Canino pretendieron acercarse al vehículo para zarandearlo, lo que impidieron los agentes.

El letrado José Manuel Niederleytner dijo que la explicación del acusado, que se mantuvo tranquilo, ha sido "poco coherente" y "muy poco creíble", porque no ha sabido explicar cómo apareció el cadáver en su casa, según él en una habitación al lado de la fosa séptica.

Tampoco ha sabido explicar por qué no lo dijo a la Policía ni colaboró con ella, ni tampoco por qué estaba atada.

Esta es la primera vez que el acusado ha aceptado declarar, ya que hasta ahora había guardado silencio, dijo el letrado, quien explicó que tras la fase que se inicia ahora de instrucción judicial el juicio con jurado podría celebrarse en el plazo aproximado de un año.

La acusación particular tiene previsto solicitar la máxima pena, 25 años de prisión.

El caso de Isabel Canino, que como su presunto asesino trabajaba para la empresa Transportes Interurbanos de Tenerife (TITSA), en la que era conductora, fue seguido con un gran interés público en Tenerife desde que desapareció en marzo de este año.

Fue vista por última vez el 20 de marzo y cuatro días después fue detenido su ex compañero sentimental Salvador Morales, pero a las 72 horas salió en libertad sin cargos.

Después de 67 días, el cadáver de Isabel Canino fue encontrado el 28 de mayo en una vivienda del camino de La Hornera, en La Laguna, que era propiedad de Salvador Morales.

La hermana de Isabel, Eladia Canino, declaró a las puertas del Palacio de Justicia que el presunto asesino es "frío, calculador y cínico" y se mostró convencida de que aunque no tuvo cómplices, sí hay más personas que encubrieron los hechos.

Cuando el acusado llegó a declarar en un coche camuflado con los cristales tintados, Eladia y los familiares y amigos de la víctima consiguieron verle la cara porque durante un momento se bajó parcialmente la ventanilla.

"Se le vio desafiante, no giró la cara cuando lo miré, sé que no se va a arrepentir jamás de lo que hizo, ni siquiera vamos a tener eso", dijo.

Eladia manifestó su total confianza en la actuación de la justicia: "Estaba segura de que él sabía dónde estaba mi hermana y nunca fui a por él, mantengo mi confianza en la justicia", declaró.