Los gallegos Roberto Verino y Adolfo Domínguez regresan hoy a Cibeles

Madrid.-  Comenzaron en los ochenta, en plena movida madrileña, y ahora, 25 años después, los diseñadores gallegos Roberto Verino y Adolfo Domínguez han querido estar presentes en la celebración de la 50 edición de Cibeles Madrid Fashion Week, con unos desfiles que marcarán esta primera jornada de la cita madrileña.

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La carrera en el mundo de la moda de Verino ha ido paralela a la de Cibeles y, por ello, aunque hace unos años abandonó la cita madrileña con la moda para dedicarse a la expansión internacional de su marca, no ha querido faltar a esta edición emblemática.

Igual ha ocurrido con Adolfo Domínguez, que, con tiendas abiertas en todo el mundo, ha decidido volver a una pasarela que considera consolidada y con gran repercusión internacional.

Mientras que el retorno de Dominguez, el creador de "la arruga es bella", va a ser continuado, Roberto Verino no lo tiene tan claro, ya que, según ha señalado el diseñador a Efe, su compromiso es para la presente edición, para estos 25 años, "pero no puedo comprometerme -dice- para los siguientes".

Su apoyo a Cibeles "es total" y por ello participa en esta "fiesta de la moda, que tenemos que lograr -añade- que evidencie un trabajo que es indiscutible, pues la moda española es muy importante".

"Ilusionado" y "entusiasmado", Verino cree que hay que buscar "casi el arte, no el vestir de cada día", y aprovechar el hecho de que fuera de España "se nos valora, y eso es gracias a nuestra capacidad de competir, de nuestra capacidad de creación, de la calidad y de la buena relación de esa calidad con el precio".

El gallego ha recordado que su firma tiene un proyecto internacional muy serio, "y una empresa de moda nace y muere dos veces al año", por lo que su permanencia en Cibeles dependerá de que pueda mantener esa perfección que siempre busca.

"Me gusta que lo que hago sea de total garantía. Soy un perfeccionista al más alto nivel y, si no vengo a dar un buen resultado, prefiero no estar. Tengo una empresa con 450 empleados en nomina, además de numerosos colaboradores, y siempre mantengo el compromiso de generar emoción, y, si no, prefiero no estar".

Adolfo Domínguez, por su parte, vuelve de forma permanente. Convencido de que Cibeles es un ejercicio de comunicación, "estoy aquí -afirma- para quedarme".

Aunque ha estado alejado de Madrid, no ha perdido su contacto con las pasarelas. "He organizado desfiles en los diferentes países donde he abierto tiendas", pero Cibeles es una pasarela que se consolidó "y todo lo que pasa aquí -explica- tiene repercusión en todo el mundo. Por ello mi idea es continuar".

Las propuestas de Adolfo Domínguez son muy reales y responden a su estilo, "muy marcado, en el que no juego a inspirarme -dice- en un periodo concreto". Lo suyo es un ejercicio muy pegado a la tierra.

"Diseño prendas para mis clientes. Soy de la escuela de Balenciaga, que es mi inspiración permanente, siguiendo un minimalismo con vocación de belleza", afirma.