Del Potro pide paso, Federer claudica y Nadal decae en la orilla

Nueva York.-  El Abierto de Estados Unidos amplió definitivamente las expectativas de uno de los tenistas con más proyección, Juan Martín del Potro, con la propulsión que le supuso un día después de superar al español Rafael Nadal, la conquista del torneo y que contempló la claudicación de su rey, Roger Federer, vencedor en los últimos cinco años,

Del Potro fue el único de los aspirantes incipientes a las alturas del circuito que fue capaz de tumbar al número uno del mundo. Hace dos años fue el serbio Novak Djokovic, que advertía como futuro dominador del tenis. Un año después, el escocés Andy Murray ocupó el sitio. Ambos salieron malparados de la experiencia.

No así Juan Martín del Potro, que confirmó la progresión que ha evidenciado año tras año. El argentino fue el que más sólido se mostró durante todo el torneo. Sacó de la pista al número dos del mundo, Rafael Nadal, y batió, en su área natural, al uno del mundo, Roger Federer.

Del Potro advierte para el futuro. Es el cinco del mundo. Pero ya amenaza al cuarteto de elite. Hasta ahora un grupo intocable. Ensombrecido ya por el despegue del jugador de Tandil.

El triunfo de Juan Martín del Potro supuso savia nueva para el tenis actual. Centrado en los éxitos de Federer y de Rafael Nadal, con incursiones puntuales, como la de Djokovic.

Ninguno del resto permaneció a la altura. Federer se quedó sin su sexto éxito, el que le hubiera catapultado entre las leyendas del pasado. A la altura de John Tilden, el último que logró seis títulos consecutivos en el último Grand Slam de la temporada. Allá por el año 1920.

Nadal se quedó en puertas. De nuevo condicionado por su estado físico salió malparado del duelo con Del Potro, que subrayó las deficiencias atléticas de un jugador que tomó el pulso de la alta competición setenta días después de estar de baja por lesión. El balear salió airoso de cada compromiso. Pero no dejó de recordar sus dolencias en el abdominal. Suele llegar mermado a Flushing Meadows.

A veces por las exigencias de la temporada para un torneo en el tramo final. Otras, como hace dos años, por el lastre de sus rodillas. Ahora por el abdominal. Aún así, fue el mejor de los españoles. Y nunca volvió la cara a su condición de favorito.

El cuadro femenino, sin embargo, devolvió la gloria a una raqueta que permaneció en la reserva durante dos años, Kim Clijsters. Un retiro voluntario. Para crear una familia. Con su hija presente decidió probar en el Abierto de Estados Unidos, que no disputaba desde que ganó el título en el 2005. Una por una fueron cayendo sus rivales. Incluidas las hermanas Venus y Serena Williams, dos de las que marcan el paso.

La inestabilidad de la competición femenina, donde temprano cayeron gran parte de las cabezas de serie y el triunfo de una raqueta olvidada desempolvan el debate. La situación del tenis de mujeres. En qué momento se encuentra.

Una vez superada la era de la fortaleza, donde el músculo se imponía, da la sensación de que aún hay tiempo para el talento. Lo demostró la danesa Caroline Wozniacki o la belga Yanina Wickmayer. O las italiana Flavia Pennetta y Francesca Schiavonne. O la española María José Martínez sánchez, que con su juego salieron airosas de la imposición determinante de sus adversarias.

Para el futuro dejó su imagen Serena Williams, ganadora del 2008. Por sus malos modales. Una amenaza a una juez de silla empañó su carrera. Le costó el partido. Perdió el torneo. Fue la peor versión de una de las tenistas con más laurel del momento,

El torneo acabó el lunes por segundo año consecutivo. Incapaz de buscar recursos contra la meteorología, fue sorprendido el Abierto de Estados Unidos por la lluvia. La controversia permanece en boga. La necesidad de un recinto cubierto o de cambiar la fórmula. El último Grand Slam del curso, fiel a la tradición, se resiste.