El Athletic encara el debut en la Fase de Grupos en su mejor momento en años

Bilbao.-  El Athletic Club encara el debut en la Fase de Grupos de la novedosa Liga Europa en su mejor momento del último lustro, después de conseguir superar una pretemporada exigente como nunca antes e incrustado entre los cuatro equipos que han hecho el pleno de 6 puntos en los dos primeros partidos de Liga.

Con el triunfo en Jerez ante el recién ascendido y debutante en Primera División, el Athletic vuelve a saborear lo que es verse con los mejores -Barcelona, Real Madrid y Valencia- en la tabla clasificatoria y se ha sacudido un tanto el amargo regusto que le dejó el juego con el que superó las dos rondas clasificatorias de la nueva UEFA Europe League.

Pero, aún así, ese escaso bagaje futbolístico le dio para conseguir su propósito de estar en la fase de grupos de la segunda competición continental, su primer gran objetivo del curso, e incluso para llegar a ilusionarse con dar guerra al todopoderoso Barça de Pep Guardiola adelantándose en la ida en San Mamés.

La primera victoria en casa ante el Espanyol le sirvió al Athletic de bálsamo en medio de un descontento general con el juego exhibido y la de ayer ante el Xerez para disipar malos augurios y coger impulso con vistas a una trayectoria europea que ilusiona en Bilbao.

Así, lo que por momentos fue el mal juego del equipo, el debate de actualidad en el Athletic es la solidez defensiva con la que ha comenzado la liga -0 goles en 2 partidos-, la mejora de un Fernando Llorente que empieza a volver a dar miedo a los rivales como en los meses finales de 2008 y la aportación del joven Iker Muniain, quien cada vez que salta al campo demuestra que sus 16 años de edad no son óbice para que ya se vea en él un futbolista de entidad.

Quizás las únicas notas negativas en el entorno rojiblanco sean, por un lado, la marcha de Oscar de Marcos -la otra gran revelación de lo que va de curso- al Mundial Sub'20 de Egipto y, por otro, que a los de Joaquín Caparrós no se les acabe de ver un juego al nivel de los resultados, a los que hasta ahora no hay apenas que objetar.

Prueba de ello son las estadísticas post-partido que hablan del mejor arranque liguero en dos encuentros desde la temporada 1995-1996 (Athletic, 4, Racing, 0; y Real Madrid, 1; Athletic, 2) y la primera vez en 20 años, desde la 1988-1989, que no recibe ningún gol en las dos primeras jornadas (Athletic, 3; Sevilla, 0; y Atlético de Madrid, 0; Athletic, 1).

En definitiva, que al Athletic le llega lo esencial de su nuevo reto europeo en el mejor momento anímico de los últimos cinco años para medirse a un Austria Viena, con el que tiene una cuita pendiente. La de la eliminación de la UEFA de la campaña 2004-2005. Un 1-2 en San Mamés, después de un empate a cero en Viena, que, curiosamente, fue lo que acabó con la magia de la era Valverde, la última época de éxitos del club bilbaíno.

Desde entonces, todo fue hacia abajo en el Athletic, que ha visto peligrar hasta su continuidad en Primera División, algo a lo que no estaba acostumbrado y que le ha llevado a mal traer en los últimos años. Un fatalismo que no se quitó de encima hasta su clasificación para la final de Copa del Rey de la temporada pasada y que espera dispar definitivamente en un curso que, de momento, ha empezado con nota.

Ramón Orosa