Dimensión de Gallo, dos orejas en dos buenos toros, y trofeo también a Chaves

Salamanca.-  Una importante actuación de Eduardo Gallo le valió dos orejas y la salida a hombros en una corrida de toros de José Luis Marca, con dos importantes ejemplares, en la que Domingo López Chaves también estuvo a la altura con un trofeo, mientras que Javier Valverde no tuvo suerte con su lote, hoy en Salamanca.

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FICHA DEL FESTEJO.- Toros de José Luis Marca, quinto y sexto como sobreros, terciados y desiguales, escasos por delante y sin remate, en el límite de las fuerzas y de la raza, nobles y manejables en distinto grado, aunque prácticamente a todos les faltó final. Destacaron sobremanera, tercero y sexo. Los peores, el segundo y sobre todo el peligroso quinto.

Domingo López Chaves: estocada (oreja); y pinchazo y estocada (ovación).

Javier Valverde: dos pinchazos, estocada y descabello (ovación); y estocada que asoma y descabello (ovación).

Eduardo Gallo: casi media y dos descabellos (oreja); y pinchazo, estocada y dos descabellos (oreja).

En cuadrillas buena intervención a caballo de Ángel Rivas, hijo, con un buen puyazo al segundo.

La plaza tuvo algo más de media entrada, con lleno a la sombra, en tarde agradable.

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GALLO SACA PECHO

No había sentado bien en Salamanca que la empresa juntara a tres toreros de la tierra en un mismo cartel, considerando que para darle una oportunidad a cada uno lo mejor era anunciarles por separado con las figuras. Tampoco cayó bien el nombre de la ganadería elegida, de José Luis Marca, que últimamente no da una a derechas.

Fue una sorpresa encontrarse con una más que aceptable entrada a la hora del paseíllo. Los toros de Marca, sin llegar a "romper" del todo, sin embargo, desbarataron las críticas a priori desfavorables, con la excepción del lote de Valverde, que no dio la menor opción.

Corrida noble por encima de otras notables carencias que también tuvo. Y como quiera que los tres salmantinos tienen ya un tiempo en la profesión, conocen el oficio y están en situación todavía de abrirse paso a puestos más significativos en el escalafón, el resultado fue la Puerta Grande para Eduardo Gallo, en tanto López Chaves se quedó en el umbral también de la salida a hombros.

La primera faena de López Chaves tuvo arrestos y cabeza al cincuenta por ciento. Muy bien en la elección de distancias y terrenos, muy centrado y dispuesto, firme y muy de verdad. Fue toro que apenas aportó, así que más mérito para el torero, que, siempre muy encima le obligó, tiró de él y acabó pegándole pases impensables. Pases, todavía con más mérito, seguidos.

Tuvo ritmo y provocó entusiasmo el toreo a derechas. Y aunque le costaba más al toro por el izquierdo también logró Chaves pasajes al natural de mucho mérito. La estocada dio paso a la oreja con todo merecimiento.

Fue una lástima que Chaves no tuviera toro en el cuarto, que se cayó cuando le llevaba a media altura y hasta por arriba.

El primero de Valverde fue de los que menos ayudó, pensándoselo mucho, frenado en las embestidas y con el viaje corto. Quiso el torero pese a todo, aunque sin llegar a armar faena.

Con el quinto bis fue imposible, pues sabía el toro lo que se dejaba atrás. Una colada por el izquierdo y complicaciones extremas también por el otro pitón.

Gallo tuvo en primer lugar un toro muy completo que le permitió una actuación redonda. Bonitos lances a la verónica y quite por chicuelinas. El "cartucho de pescao" en la apertura de faena, el pase de las flores ligado a un natural y el de pecho.

Y ya en lo fundamental dos tandas por la derecha embarcando al toro por delante y llevándoselo atrás en pases perfectamente hilvanados, limpios y por abajo.

Hasta ahí tuvo altura la faena. Y cuando el toro empezó a negarse, quedándose más corto, al torear con la zurda, ya no hubo tanta continuidad pero si la misma enjundia.

En el parón final, defendiéndose mucho el animal, atacó Gallo con mucha quietud, aunque ya no hubo la misma resolución. Faena por tanto a menos en las postrimerías. Bernardinas también tropezadillas y estocada por los pelos que necesitó de dos descabellos. Pero hubo oreja.

Y, todavía más, la Puerta Grande después de la faena con más consistencia de la tarde a un toro también importante. Gallo lanceó bien a la verónica y cuajó faena de muleta pausada y con mucho gusto en un espacio mínimo.

Toreo mandón, valeroso y artístico, con un arrogante arrimón en el cierre. A pesar del pinchazo y los descabellos antes y después de la estocada, cayó la oreja que le izó a hombros.