¿Deberían haberse plantado Salgado y Chacón ante Berlusconi?

Elena Salgado, 60 años, la primera mujer que llega a vicepresidenta segunda y ministra de Economía y Hacienda de un Gobierno en España, tenía poco más de treinta años cuando comenzaron sus cargos públicos en el ámbito económico, siempre rodeada de hombres, acostumbrada a bandearse con el machismo dominante en las esferas empresariales españolas de los años 80. Carme Chacón, 38 años, la primera mujer ministra de Defensa de este país, la embarazada que pasó revista al Ejército español en una fotografía que dio la vuelta al mundo... Las dos ministras más potentes de Zapatero —si exceptuamos a la vicepresidenta De la Vega— ayer apostaron por lo cortés antes que por lo valiente ante los comentarios machistas y soeces del presidente italiano, Silvio Berlusconi.

Kote Rodrigo (EFE)

Chacón sonríe a Berlusconi antes de que el italiano volviera a las impertinencias.

En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, a la vicepresidenta Salgado le hemos preguntado si a ella y a la ministra Chacón "les faltaron reflejos para tener algún gesto contra la intervención de Berlusconi o es que la diplomacia está antes que la dignidad femenina". Y Salgado se ha acogido en la respuesta a "la cortesía" ante "el anfitrión" para justificar "el silencio" con que las dos mujeres y el presidente Zapatero soportaron las zafiedades del italiano.

Durante la 16ª cumbre bilateral entre Italia y España, celebrada en la isla italiana de Maddalena (Cerdeña), Berlusconi dedicó la rueda de prensa que daba con Zapatero a soltar unas cuantas perlas: "¡Cómo iba el primer ministro de Italia, la patria de los grandes amantes, de Casanova y de los playboys, a criticar que haya ministras!" o "el mayor regalo de dios son las mujeres" o "yo en Italia soy ampliamente conocido por ser un gran admirador de la otra mitad del cielo, así que cómo iba a criticar yo a quien ocupa un sillón de ministra". Mientras hablaba, Zapatero ponía cara de circunstancias y las ministras aludidas no sonreían.

"Yo durante la rueda de prensa no sonreía ¿No os bastaba mi cara?", ha comentado de manera informal la ministra Salgado en el habitual corrillo con los periodistas al finalizar la rueda de prensa. La ministra ha apuntado que estaban sentadas allí en calidad de representantes del Gobierno español, y no podían "provocar un incidente diplomático", ha insistido cuando de nuevo ha sido requerida por los periodistas, que le han recordado que si bien el presidente Zapatero podía haber seguido con la cara de circunstancias, ella y Chacón habían tenido la oportunidad de encontrar un gesto, algo, que pusiera de manifiesto su incomodidad con las circunstancias. Más aún cuando toda la prensa ha publicado las fotos tomadas al inicio de la visita, cuando Berlusconi está pidiendo disculpas a Chacón por sus comentarios despectivos sobre "el gobierno rosa" de Zapatero de hace un año.

El resultado es que hoy toda la prensa, nacional e internacional, saca a las dos mujeres fuertes del Gobierno Zapatero riéndose y estrechando la mano al primer ministro italiano. De ahí el interés de Salgado en aclarar que "yo durante la rueda de prensa no me reí", pero tampoco fueron capaces de hacer ningún gesto de apoyo, que respaldara además la batalla emprendida por algunas políticas italianas contra su primer ministro.

Lo cierto es que en los comentarios posteriores a la rueda de prensa del Consejo de Minstros, la titular de Economía se mostraba poco satisfecha con los acontecimientos que se vivieron ayer, y pese a su "¿no se me notaba en la cara?", como ella misma se preguntaba, insistía en que Italia es un país vecino con el que se mantienen relaciones excelentes. Salgado reconocía que "la cuestión es qué gesto podíamos hacer sin incurrir en un incidente diplomático".

Con palabras similares se ha expresado la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, quien ha recordado que el encuentro se enmarca en una visita "institucional" y "las declaraciones se podrán compartir mucho o nada, pero son declaraciones de un presidente de un Gobierno y no entro a valorarlas".

Fuera de micrófono y de los pasillos, fuentes de La Moncloa reconocían que "si a Salgado y a Chacón se les hubiera ocurrido un gesto es probable que Zapatero incluso las hubiera felicitado después, aparte. Pero estaban noqueadas por la incomodidad de la situación".

¿Es eso suficiente disculpa? ¿Un Gobierno con el 50% de mujeres, y ante la trayectoria de Berlusconi, no debería haber previsto un incidente así y tener preparada una respuesta o un gesto?