García de la Concha dice que los hórreos son la despensa de la tradición de cultura y arte

Oviedo.-  El hórreo es una construcción típicamente asturiana, realizada con madera de árboles autóctonos, se utilizaba tradicionalmente para almacenar la cosecha alejada de la humedad del suelo y de los ratones y, con el paso del tiempo, se ha convertido, como ha dicho hoy Víctor García de la Concha, en "una despensa de tradición, cultura y arte".

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(EFE)

Típico hórreo asturiano, construcción elaborada en madera de castaño, cuyas piezas van ensambladas sin clavos, tienen la función de almacén para las labores agrícolas propias del lugar. EFE/Archivo

García de la Concha, director de la Real Academia Española y presidente de la Fundación José Cardín, ha vuelto a su ciudad natal, Villaviciosa, para hablar de la historia y la tradición cultural de este tipo de arquitectura rural.

Los 1.998 hórreos y las 393 paneras que hay en el concejo de Villaviciosa han sido censados y evaluados para formar parte de una publicación presentada hoy, el libro "Hórreos", que detalla el estado de conservación y las características de estas construcciones que García de la Concha ha definido como "sello del paisaje asturiano".

El censo, elaborado por el fallecido Rafael Balbín Loredo y editado en forma de libro por la Fundación José Cardín, distingue entre aquellos hórreos del concejo que se encuentran en buen estado, un 53,7 por ciento, los que están regular, un 21 por ciento, y aquellos que se consideran ruinosos, un seis por ciento, y los restantes o bien han sido reformados o son de reciente construcción.

El etnógrafo de la Fundación Belenos, Ástur Paredes, ha explicado que el "estilo Villaviciosa" es el más antiguo registrado en la región, se extiende por todo el área central entre Cudillero y Cabrales y define una forma estética de trabajar caracterizada por la presencia de arcos abocinados y de medio punto.

Las construcciones más vetustas datan de finales del siglo XV y principios del XVI y dentro del propio estilo hay dos vertientes diferenciadas por la pintura y la talla de los edificios.

Aquellos que están pintados presentan policromías en las que destacan los tonos ocres y rojos, apenas cuentan con elementos decorativos tallados y los motivos que se aprecian son de tipo figurativo, como guerreros o cuélebres (ser mitológico en forma de serpiente alada).

En cambio, los hórreos que han sido tallados suelen representar elementos más geométricos y abstractos como cruces y trisqueles y en ocasiones animales.

Las paneras, de las cuales se han censado 393 en el concejo, aparecen más tarde que los hórreos, hacia el siglo XVII, y son consecuencia de la introducción del cultivo de maíz en el campo asturiano ya que el aumento de cosechas hizo necesaria la construcción de espacio mayores donde almacenar el grano.

Éstas se diferencian por una planta rectangular en lugar de cuadrada que obliga a un mayor número de apoyos, mínimo seis, y la cubierta deja de ser piramidal, como ocurre con los hórreos, para acabar con un remate en la cumbre.

La principal amenaza para esta clase de edificaciones, que son un patrimonio único con siglos de historia, son el desuso, el abandono y la construcción de infraestructuras modernas, por lo que Paredes espera que este censo, que también evalúa su estado, sirva como herramienta a la hora de establecer prioridades para su conservación.