La CIDH logró exponer los crímenes de la dictadura, pero enfrenta "muchos desafíos"

Buenos Aires.-  La Comisión Interamericana de Derechos Humanos logró en su misión de 1979 a Argentina exponer los crímenes de la dictadura militar "ante la comunidad internacional" y sirvió de espejo a otros países, pero aún tiene "muchísimos desafíos" por delante, admitieron hoy autoridades de la CIDH.

ampliar foto

(EFE)

El canciller de Argentina Jorge Taiana (i) saluda al jefe de la comitiva de la CIDH, el chileno Edmundo Vargas Carreño, en Buenos Aires (Argentina), previo al homenaje que el Gobierno argentino hará a la misión que en 1979 llegó a Buenos Aires.

"Existen los mismos retos (que en los 70). La CIDH sigue conociendo casos de vulneraciones graves, especialmente a los grupos vulnerables", señaló la presidenta de la Comisión, la venezolana Luz Patricia Mejía, durante la sesión extraordinaria iniciada hoy en Buenos Aires para conmemorar los 30 años de la misión del organismo a Argentina, en septiembre de 1979, en plena dictadura.

Mejía consideró que "la clave es dar respuesta a las violaciones de derechos económicos, culturales y sociales" ya que la CIDH estuvo siempre más enfocada "en las violaciones a los derechos políticos y civiles".

"Finalizaron las transiciones a las democracias, pero no hubo como resultado democracias consolidadas", lamentó el vicepresidente de la CIDH, el argentino Víctor Abramovich, durante la primera jornada de la sesión, que se desarrollará hasta el viernes.

La misión de la CIDH a Argentina significó un "hito para la recuperación de la democracia", afirmó el canciller argentino, Jorge Taiana.

"Argentina y los argentinos en el exilio nos contaron a nosotros situaciones que pasaban incluso en nuestros países y que no sabíamos. Nos permitió ver lo que pasaba en nuestra propia casa", afirmó Mejía en alusión a las miles de entrevistas a familiares de víctimas, detenidos, exiliados y militares que realizó la misión de la CIDH para constatar los crímenes de la última dictadura militar (1976-1983).

"Esa visita alcanzó un impacto en la historia de América, especialmente de América Latina y en el conocimiento de los derechos humanos de la propia comisión", en años en los que "las dictaduras estaban manchando de sangre no sólo en Cono Sur, sino también en Centroamérica", enfatizó.

Para Abramovich, este tipo de visitas son un "último recurso para las víctimas" de las dictaduras porque permiten "documentar violaciones, exponerlas ante la comunidad internacional y desgastar" los Gobiernos de facto.

"Nuestro reconocimiento a los integrantes de la CIDH que hizo suya la voz de las víctimas de la dictadura", apuntó durante la apertura el canciller argentino, quien fue preso político cuando llegó la comisión al país.

Emocionado, Taiana recordó que la misión fue esperanzadora para quienes "esperaban alguna señal, para saber que no estaban solos", pese a la "angustia" y el "terror" que vivieron durante el régimen.

"En voz baja se sabía (que la represión) era inmensa y aberrante", sostuvo el canciller, quien rememoró, además, las extensas filas de allegados a las víctimas frente a las oficinas de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Buenos Aires, sobre la Avenida de Mayo, donde la misión se instaló el 6 de septiembre de 1979 para escuchar los testimonios sobre las desapariciones.

"Arriesgaron sus vidas", sentenció Taiana, ex secretario ejecutivo de la CIDH, en sintonía con las afirmaciones de familiares de víctimas, quienes aseguraron que eran fotografiados y insultados por enviados del régimen mientras estaban en la fila.

"Con esta visita sentíamos que la mirada sobre el horror comenzaba a ensancharse", destacó el secretario argentino de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde, exiliado en Madrid al momento de la llegada de la CIDH a Argentina.

Minutos antes de la apertura, Duhalde explicó a Efe que le impresionó "el gran conocimiento" que tenía la Comisión de lo que ocurría en Argentina cuando viajó desde Madrid a la sede de la OEA en Washington en representación de un grupo de exiliados de su país "con las valijas llenas de denuncias".

La visita de la Comisión se tradujo en un informe publicado en abril de 1980 en el que se documentaban 5.580 casos de violaciones que confirmaron la veracidad de los testimonios de víctimas y familiares de desaparecidos, documentación que la dictadura intentó destruir sin suerte.