Cases recuerda el dolor de los parados y reclama una ética social ante la crisis

Las Palmas de Gran Canaria.-  El obispo de la diósesis de Canarias, Francisco Cases, recordó hoy en la homilía por la Virgen del Pino el sufrimiento de los miles de parados que hay en estos momentos y pidió al mundo de la política y la economía no olvidar los principios fundamentales de "la ética social"

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La crisis económica y sus consecuencias gravitaron en la plática del obispo, quien reclamó "el espíritu de la gratuidad" en la actividad económica, que consiste en dar sin esperar recibir a cambio, no a los poderosos de los que ya sabemos que podemos esperar algo, sino ofrecer a quienes menos o nada tienen.

Ante una basílica abarrotada de fieles, Cases pidió a los responsables públicos y económicos "más transparencia, honestidad y responsabilidad en su gestión" en estos tiempos en los que es constante la destrucción de empleo.

El obispo inició su homilia recordando a los dos fallecidos en el accidente pirotécnico ocurrido en agosto en Teror y a las víctimas del siniestro aéreo ocurrido el año pasado en Barajas, en el que murieron decenas de canarios.

Tras mencionar también a los inmigrantes que a lo largo del último año se han dejado la vida en su deseo de llegar a Canarias en pateras o cayucos, incluso ya en la propia costa, el obispo recordó a los parados y al creciente aumento de los desempleados debido a la crisis económica.

"Detrás de los parados hay rostros y vidas; hay sufrimiento y deterioro", afirmó.

Por ello demandó que ante la situación económica actual no se deteriore el ambiente social y luego haya que pagar "los excesos", sino que se siga el ejemplo del amor gratuito que entrega Dios "sin fundarse en ningún motivo o mérito por nuestra parte".

Cuantos más humildes, desgraciados o menos tengamos, explicó, más razones tenemos para ser amados por Dios, para recibir ese amor gratuito y sin contraprestación.

"El mundo hoy necesita el verdadero rostro de esta gratuidad", dijo Cases, quien lo consideró necesario para el mismo desarrollo de la economía.

Tras referirse a la última carta encíclica de Benedicto XVI, cuya lectura recomendó "a los políticos, economistas y a los responsables de los asuntos públicos", el obispo expuso el debate "de la gratuidad" como "el gran desafío que tenemos" antes las necesidades de desarrollo "en estos tiempos de globalización", agrabados por la crisis económica.

Para el obispo, en estos tiempos hay que mostrar, tanto desde el orden de las ideas como de los comportamientos, "que no solo no se puede olvidar o debilitar los principios tradicionales de la ética social, como son las transparencia, la honestidad y responsabilidad", sino que "el principio de la gratuidad puede tener espacio en la actividad económica".

A la ecuaristía asitieron el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero; el presidente del Cabildo de Gran Canario, José Miguel Pérez, y el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Jerónimo Saavedra, así como numerosas personalidades civiles y militares de la isla.

Tras la celebración de la misa tuvo lugar la tradición procesión de la imagen de Nuestra Señora del Pino por las calles del casco histórico de Teror, que fue precedida por un pequeño desfile militar y tuvo como colofón una exhibición aérea de cuatro aviones F-18 del Ejército del Aire.

Al término de los actos religiosos, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, valoró la cantidad de gente que había acudido a los actos y se refirió a "las expresiones de la gente", a la "mucha devoción" que había visto en la fiesta de la patrona de Gran Canaria.

"Las fiestas patronales no despiertan curiosidad, sino emoción; una fiesta de esta merece todo el respeto de la gente que se vuelca con la misma", dijo.

El alcalde de la villa mariana, Juan de Dios Ramos, negó que haya bajado este año la participación en las fiestas del Pino y subrayó que de nuevo este año habían sido un éxito.