Funes completa cien días de una gran popularidad pese a las críticas de la oposición

San Salvador.-  El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, cumplirá mañana, martes, cien días en el poder con una aprobación que supera el 80 por ciento, mientras la oposición le acusa de no tener rumbo y de limitarse a mantener los programas del Gobierno anterior.

Funes, que el pasado 1 de junio se convirtió en el primer mandatario de izquierda en la historia del país, supera para los sectores populares su primera evaluación en su gestión de Gobierno, aunque hay quienes ya hablan de "desencanto".

El presidente de la consultora Mitofsky, Roy Campos, indicó hoy que Funes "está en plena luna de miel" con la ciudadanía, que le concede un 85 por ciento de aprobación, tras presentar hoy una encuesta de esa firma por los canales de la Telecorporación Salvadoreña (TCS).

"La esperanza de cambios, la esperanza de vivir mejor con la que triunfó Funes se mantiene", dijo Campos, al dar a conocer el sondeo elaborado del 29 al 30 de agosto pasado a 1.200 personas.

Un sondeo de la Universidad Centroamericana (UCA) realizado sobre una muestra de 1.260 personas reveló que Funes, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), obtuvo una evaluación de 7,16 puntos en una escala del 1 a 10.

El estudio detalló que un 68,4 por ciento considera que el presidente está gobernando "bien", el 14,3 por ciento dice que "ni bien ni mal, el 11,3 por ciento que lo está haciendo "mal" y un seis por ciento afirmó que "es temprano" para evaluarlo.

"Es un Gobierno que ha empezado con una posición bastante sólida, porque le ha dado estabilidad al país después de un momento electoral en el que se cuestionaba la estabilidad", declaró el rector de la UCA, el sacerdote José María Tojeira, a periodistas.

A su juicio, este "es un tipo de Gobierno de izquierda moderada que la impresión que da es que se está asentando" bien.

Sin embargo, la opositora Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), el partido de derecha que gobernó durante los últimos 20 años el país, considera que la gestión del FMLN "va camino a convertirse en el 'Gobierno de la decepción'".

"Es un Gobierno sin rumbo, sin visión del país, carente de liderazgo, sumido en disputas internas", cuestionó ARENA en su evaluación, al denunciar "despidos masivos" en la administración pública y la "inexperiencia" de los funcionarios.

Advirtió que lo que ha funcionado en el Gobierno de Funes es lo que ARENA "dejó trabajando y con financiamiento", al aludir al mandato que estuvo en manos de Elías Antonio Saca hasta el pasado 1 junio.

Uno de los puntos más débiles de la gestión de Funes ha sido la seguridad, ante una reciente ola de violencia en el transporte público, que causó hasta el pasado 26 de agosto 90 conductores y 26 pasajeros asesinados.

Este es precisamente uno de los puntos "débiles" en su evaluación, pues, según Mitofsky, para un 63 por ciento se ha hecho "poco o nada" en el combate a la delincuencia, a la vez que para un 19,6 por ciento el combate al crimen fue uno de los fracasos oficiales.

También el tema de hacienda ha sido un dolor de cabeza para Funes, quien admitió al asumir el cargo que recibía un país con una "economía en recesión".

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que asesorará al actual Gobierno en diversos programas, ha señalado que el déficit alcanza un 5,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) nacional, estimado en unos 16.490 millones de dólares en 2008.

El gobernante ha intentado paliar los efectos de la crisis con un plan que puso en marcha el pasado 18 de junio, que prevé una inversión de 587 millones de dólares para la construcción de 25.000 viviendas y otras medidas sociales.

Pero no todo ha sido una "luna de miel" y ya Funes ha enfrentado cortes de rutas protagonizados por campesinos que exigían la entrega de semillas para siembra de fríjoles dentro de un programa que preveía entregar 175.000 paquetes y que recibió 400.000 solicitudes.

El catedrático Dagoberto Gutiérrez dijo a la prensa local que el Gobierno "está elaborando sus políticas sobre la marcha, invocando la participación de todos los sectores interesados", pero, a la vez, "acribillado por las expectativas y las esperanzas de distintos sectores".