Petrobras descarta que las nuevas reglas ahuyenten a petroleras extranjeras

Río de Janeiro.-  El presidente de la petrolera brasileña Petrobras, José Sergio Gabrielli, descartó hoy que las nuevas reglas anunciadas por el Gobierno para la exploración de los gigantescos yacimientos descubiertos por Brasil en el océano Atlántico puedan ahuyentar a las petroleras extranjeras.

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(EFE)

El presidente de la petrolera brasileña Petrobras, Sergio Gabrielli, habla acerca del presal, franja de exploración petrolífera en aguas profundas del océano atlántico, durante una rueda de prensa en Río de Janeiro (Brasil).

Gabrielli afirmó en una rueda de prensa en Río de Janeiro que las grandes multinacionales del petróleo están preocupadas con acceder a nuevas reservas sin importar si tendrán que hacerlo como concesionarias, como operadoras o como prestadoras de servicios.

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció ayer el marco regulador del presal, el nuevo horizonte de exploración de hidrocarburos descubierto en aguas muy profundas del océano Atlántico y que puede convertir a Brasil en uno de los mayores productores mundiales de petróleo.

Según la nueva reglamentación, las reservas de este área pertenecen al Estado brasileño y serán exploradas y explotadas por consorcios que contarán con una participación de Petrobras de mínimo el 30 por ciento.

Los consorcios tendrán que compartir el petróleo extraído con el Estado brasileño y pagarán las regalías y tasas respectivas.

Además de poder adjudicarse la exploración de algunas áreas del presal sin disputar con otras empresas y de tener participación en todos los consorcios que actuarán en la región, Petrobras también será operadora en todos los proyectos.

Según Gabrielli, ninguna de esas limitaciones impedirá que las empresas privadas se interesen en invertir en las áreas del presal que el Estado brasileño esté dispuesto a compartir.

El presidente de Petrobras explicó que, ante la actual escasez de descubrimientos, las grandes multinacionales están aceptando ser contratados como prestadoras de servicios en diferentes países.

"Las grandes empresas están firmando contratos de servicios. La BP firmó un contrato por el que aceptaba 2 dólares por barril extraído en Iraq. Shell también", afirmó el ejecutivo.

"Las petroleras están más preocupadas con el acceso a reservas. Por eso van a venir (a Brasil). Porque encontrarán viabilidad económica en los proyectos", agregó.

Gabrielli sostuvo que, por ser considerada como una de las empresas con más experiencia y conocimientos mundiales en la exploración de petróleo en aguas muy profundas, las demás petroleras estarán interesadas en asociarse a Petrobras y en aceptarla como operadora en los consorcios.

"No somos los peores. Somos los mejores. Y estar al lado del mejor siempre es bueno. No veo por qué razón no vendrían", señaló.

A su juicio, el actual escenario de escasez de reservas permanecerá por varios años y justifica el interés de un Estado en garantizar la posesión de yacimientos estratégicos.

El presidente de Petrobras declaró que la posibilidad de tener reservas gigantescas de propiedad del Estado también le permite a Brasil asegurarse de que los abastecedores también sean brasileños.

"Sería una irresponsabilidad si no usásemos ese poder de negociación para desarrollar la cadena productiva brasileña y evitar la maldición del petróleo", añadió al referirse a los problemas enfrentados por grandes productores que son dependientes del crudo y no desarrollaron su industria.

Gabrielli aclaró que las reservas ya comprobadas en el presal se ubican entre 9.000 y 14.000 millones de barriles de petróleo, el equivalente a las actuales reservas brasileñas.

Según la Agencia Nacional del Petróleo (ANP), los yacimientos que ya fueron otorgados en concesión en ese área tienen reservas por hasta unos 80.000 millones de barriles.

Un 29% del área del presal ya fue otorgado en concesión a diferentes empresas, razón por la cual la nueva ley regirá para el 71% restante.

El presal, ubicado a cerca de 7.000 metros de profundidad y por debajo de una capa de sal de unos 2.00 metros de espesor, comprende una franja de unos 800 kilómetros de largo por 200 de ancho que va desde el estado de Espíritu Santo (sudeste) hasta Santa Catarina (sur).