"El apoyo de países extranjeros es la única solución a la crisis política de Honduras"

TEGUCIGALPA (HONDURAS).-  Se cuentan ya por seis decenas los días que el pueblo hondureño se resiste al golpe de estado de Roberto Micheletti. Las manifestaciones de rechazo, algunas convertidas en verdaderas batallas campales, no cesan y los ciudadanos esperan como agua de mayo la intervención internacional en el país. En este contexto, la visita de cancilleres de la Organización de los Estados Americanos (OEA) así como la del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón esta semana fueron el centro de atención de los que siguen en lucha. Pero cuál sería su sorpresa al descubrir que ni uno, ni otros piensan mover ficha de momento.

A.M

Manifestantes de la marcha del pasado día 12.

Los visitantes de la OEA reunidos en el país echaron por tierra las ilusiones de los hondureños al leer el pasado martes su declaración final en rueda de prensa sin preguntas en la que dejaban claro que todo seguía en el aire, que las conversaciones se mantienen, pero parecen no llevar a ninguna parte.

Pero el juez Baltasar Garzón terminaba con las esperanzas de los que veían a Micheletti detenido y a la espera de juicio al declarar que su visita era a título personal, no en representación de nadie. Y aunque entonase un claro "Yo también estoy en contra del golpe" de momento no puede hacer nada más que pronunciar esas palabras.

Otro español, Manuel Ollé, presidente de la Asociación Pro Derechos Humanos en España, presente en la conferencia a la que asistió Garzón, fue también claro y tajante al admitir que es complicado que desde España se pueda llegar a abrir un proceso penal por la violación de los derechos humanos en Honduras.

En este clima en el que la resistencia confía en la cooperación internacional, en la ayuda de los medios de comunicación extranjeros, hablamos con una docena de personas que fueron detenidas, y días después juzgadas, tras la marcha del pasado 12 de agosto en Tegucigalpa. Las historias personales como siempre van de un polo al otro: algunos aseguran ni siquiera haber acudido a la manifestación, otros cuentan que ya iban camino de casa, que fueron bajados de un autobús...

A.M

Detenidos durante la manifestación del día 12.

• ¿Mereció la pena?

"Sí, valió la pena", se adelanta uno del grupo. Las miradas y los gestos de aprobación del resto lo apoyan. "Mire, yo le digo a mis hijos, no os avergoncéis, estamos peleando por algo justo", afirma otro con seguridad. "No fue justo lo que nos pasó, a mí me detuvieron portando una bandera de la patria, luego me tomaron las huellas, pero estoy orgulloso de que lo hicieran", dice mostrando las palmas de sus manos, "porque no van a poder demostrar nada, yo no arroje ni una piedra".

• La lucha de la resistencia es pacífica, y en algunos casos pasiva, se confía mucho en la ayuda extranjera ¿Qué se esperaba de las visitas de esta semana?

"Nosotros creíamos que con la venida de esas personas, de los cancilleres y del juez Garzón, se iba a arreglar el problema de Honduras", afirma un hombre con rotundidad. Quizás se esté tratando de delegar demasiado en manos extranjeras, pero el desconocimiento, lo nueva que resulta esta situación para el pueblo hondureño, y la desconfianza en sus organismos oficiales, les hacen aferrarse al apoyo de países extranjeros como única solución a esta crisis política. Una voz que suena desesperada interrumpe "¿ahora quién nos va a defender?". "Vivimos con temor porque nos pueden silenciar", añade otro.

• ¿No puede parecer un poco inocente pretender que alguien de fuera venga a arreglarlo?

"Mire, nos sentimos desasistidos, en Honduras no tenemos autoridad, no tenemos derechos, no tenemos protección. A nivel interno no tenemos la solución al problema". Pero desde luego no pretenden confiar todo a manos extrajeras, afirman ser conscientes de la importancia de "la unidad y la resistencia para que esto se pueda solucionar".

• Y sobre los rumores de una posible revuelta armada...

"Siendo honestos no estamos preparados para alzarnos en armas", asegura un joven. Un hombre de mayor edad explica que "el pueblo no se ha alzado en armas porque estamos esperando hasta el ultimo momento, a que se agote el diálogo". Pero además existe una "debilidad organizativa", según añade otro, pero vaticina que "creo que de continuar esto hasta noviembre de este año va a haber guerra".

A.M