Jamón ibérico y cerveza en Palencia para celebrar la medalla de Marta

Palencia.-  Atletas y compañeros de entrenamiento de la atleta palentina Marta Domínguez celebraron con jamón y cerveza en la cafetería de los Campos de la Juventud de Palencia la medalla de oro lograda por la corredora en los 3.000 metros obstáculos del Mundial de Berlín, un metal que vaticinaban antes de la prueba.

ampliar foto

(EFE)

La atleta española Marta Dominguez (c) supera un obstáculo en la final de los 3.000 metros obstáculos femeninos en los Mundiales de atletismo de Berlín'09.

Y es que con cuarenta minutos de antelación, corredores como Orlando Cuesta, Paco Santos, Sara Valderas y Eduardo Frutos, así como el concejal de Deportes de Palencia, Marco Antonio Hurtado, se agolpaban delante del televisor con una inusitada tranquilidad.

"Como mínimo hace plata. La vemos entrenarse al menos dos días a la semana y se la ve muy fina. Lo va a hacer muy bien", ha comentado a Efe Orlando Cuesta en los momentos previos a una carrera que se vivió con mucho entusiasmo en las últimas vueltas.

La cafetería de los Campos de la Juventud, uno de los lugares de entrenamiento de Marta Domínguez, se llenaba de aficionados al atletismo y se alegraba en primer lugar de la clasificación para la final de los 800 metros de la vallisoletana Mayte Martínez.

Mientras tanto, y en la piscina contigua a la cafetería, algunos aprovechaban para darse el último chapuzón antes de que la palentina tomase la salida.

Después, se unían a los que ya se habían adjudicado un sitio y vislumbraban con los ojos en órbita las buenas evoluciones de Marta Domínguez, al mismo tiempo que se enfadaban con la realización cuando abandonaban los 3.000 metros obstáculos para centrarse con la final de pértiga.

"¡Vamos Marta, vamos!", exclamaban algunos de sus compañeros de entrenamiento, mientras otros analizaban la progresión de la mejor atleta española de todos los tiempos. "¡Lo vas a ganar!".

El nerviosismo se acrecentaba entre los allí presentes a medida que se iba acercando el final de la carrera, pero éste se convirtió en júbilo desmesurado cuando Marta Domínguez realizó el cambio de ritmo que le valió para auparse a lo más alto del podio de Berlín, el mismo en el que Jesse Owens entró en los libros de historia.

La alegría por el importante triunfo cosechado por su paisana y amiga no se contuvo, dado que, en uno de los saltos de alegría, un florero de la cafetería acabó despedazado por los suelos y obligaba a uno de los allí presentes a perderse el paseo triunfal de Marta Domínguez y centrarse en la escoba.

A renglón seguido los calificativos como "impresionante" o "espectacular" se sucedían sin control, aunque a muchos de los allí presentes no estaban impresionados por el hito logrado. Lo veían bastante claro.

Inmediatamente después, el concejal de Deportes se afanaba en la complicada tarea de cortar hasta el hueso un jamón y pedir unas cervezas que supieron a oro, el que ha obtenido su paisana más ilustre.