Personalidades firman en México un compromiso por la libertad de expresión

México.-  Un importante grupo de intelectuales, periodistas y empresarios, entre ellos el magnate Carlos Slim, firmaron hoy en México un documento por la libertad de expresión en América Latina en el que se comprometen a hacer valer este derecho ante los Estados y la sociedad.

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(EFE)

El multimillonario mexicano Carlos Slim, una de las personalidades que hoy firmaron en México el "Compromiso por la Libertad de Expresión. México 2009".

La Fundación para la Libertad de Expresión (Fundalex), creada el pasado año en México, ha promovido la firma de esta declaración integrada por 19 "principios" para mantener la garantía y respeto a la libertad de expresión.

Junto con Slim, otras personalidades que suscribieron el texto fueron el ex presidente de Bolivia y periodista, Carlos Mesa; la escritora mexicana Elena Poniatowska; el director de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), Julio Muñoz, y un representante de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, Mauricio Farah, entre otros.

Los firmantes del documento se comprometen a respetar, defender y hacer valer la libertad de expresión en América Latina.

Se trata de "un compromiso de que México no está solo en esta campaña" y de que "no es preso del miedo, la cobardía o el silencio", dijo el periodista paraguayo Benjamín Fernández, uno de los más de sesenta redactores del mismo.

El "Compromiso con la Libertad de Expresión. México 2009" reclama un ejercicio de esta libertad sin restricciones y salvaguardado por la ley y la legalidad.

Slim, presidente de Telmex y uno de los hombres más ricos del mundo, declaró que la actual civilización, sustentada en el bienestar de los demás, sólo funciona "con libertad de expresión responsable, comprometida y universal".

Frente a las totalitarias sociedades agrícolas del pasado, carentes de libertades, el magnate destacó los valores que priman en la actual sociedad como la globalidad, la democracia, la pluralidad, la diversidad del conocimiento y la rendición de cuentas.

Carlos Mesa aseguró que "la palabra es poder" y comprender esta definición es "esencial" para discernir el importante papel que juegan los que la usan.

"Es nuestro deber que el verbo habite sin limitaciones porque nos expresa como seres humanos", dijo el ex mandatario boliviano, que ejerció como periodista durante casi tres décadas.

Para Carlos Mesa, "la palabra es el más importante derecho y la más importante arma que debemos defender".

También reclamó que el poder político tenga un contraste desde los medios de comunicación para que éstos puedan criticar la actuación pública cuando no sea correcta.

Consideró que "los medios han transformado cómo nos concebimos los seres humanos y eso refleja el poder de la palabra."

El texto suscrito reclama a los medios públicos "independencia editorial" por lo que exige que la legislación les garantice estar libres de interferencias.

A los privados les advierte de que no deben empeñar su libertad de expresión para lograr registros de publicación o frecuencias de transmisión. Asimismo, reclama a los anunciantes que no deben retirar publicidad a causa de los contenidos editoriales.

Asimismo, aboga por el acceso a nuevas tecnologías, especialmente a Internet, como instrumentos para el ejercicio de los derechos a la libertad de expresión y a la información.

El documento propone también que tanto las autoridades como la sociedad faciliten el acceso a la información a los grupos más vulnerables, minoritarios o marginados, como la población indígena o las personas discapacitadas.

Pide igualmente a los gobiernos la existencia de normas que aseguren el secreto profesional, medidas para evitar la concentración de medios en manos de unos pocos y legislaciones que transparenten la equidad publicitaria.

El compromiso condena las amenazas, los secuestros y los asesinatos de periodistas y plantea la inmediata reparación de los daños a las víctimas de estos delitos.

Según datos de la SIP, este año un total de ocho periodistas han sido asesinados en México, muchos a manos de bandas de narcotraficantes que luchan por controlar las redes de drogas hacia Estados Unidos.