Españoles en Chipre

Madrid.-  Chipre, situada en pleno Mar Mediterráneo, ha sido desde hace siglos y por su posición estratégica, pasto de muchas civilizaciones, desde la micénica, pasando por hititas, fenicios, griegos, persas, romanos o árabes, hasta turcos y británicos.

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(EFE)

Un avión efectua la maniobra de aterrizaje junto a los bañistas cerca del aeropuerto de Larnaca, Chipre. EFE/Archivo

Tras su independencia, las tensiones entre los grecochipriotas y los turcochipriotas, avivadas por Turquía y Grecia, motivaron la invasión de parte de la isla por las tropas de Ankara, situación que se mantiene hasta ahora, con la particularidad de que la isla pertenece a la UE, pero sólo la parte no ocupada por Turquía.

En esta isla, que también fue conquistada por Ricardo Corazón de León, vive un grupo de españoles que mañana nos mostrarán su experiencia como residentes en el programa "Españoles en el mundo".

El primer testimonio es el de Diana Muñoz, una mujer de negocios que se casó en los emiratos árabes con un chipriota y vive desde hace tres años en la ciudad de Limassol.

También allí vive Laura Cramil, una gallega de 31 años que llegó a la isla en un barco de la compañía en la que trabajaba y allí se quedó, tras conocer a un chipriota de quien hoy espera un hijo.

Federico Mendiz es un español que se mudó de Madrid a Venezuela, donde conoció a una chipriota que se convertiría en su mujer y con la que se trasladó a la isla para regentar un restaurante español.

El arquitecto David Castrillo conoció en Atenas, gracias a una beca Erasmus, a María, otra arquitecta que vive en Nicosia, la capital del país, donde están creando una peña del Real Madrid.

Xabi Albert, natural de Barcelona, trabaja en el departamento de investigación de la Universidad de Nicosia y es un gran conocedor de la historia del país.

María José Calderón es otra española que se enamoró de la belleza de la isla y del que desde hace 30 años es su marido, junto al que regenta un bar español en la ciudad de Pafos, al sur de la isla.

STEVEN SEGAL, INFILTRADO EN ALCATRAZ

En verano, y más en pleno mes de agosto, las cadenas de televisión intentan gastar lo menos posible, por la bajada de la publicidad y más este estío de 2009, con la crisis publicitaria que les atenaza.

Es el momento de echar mano del baúl y utilizarlo, y para eso están las películas de Jean Claude van Damme, Steven Segal o Silvester Stallone, cine Z que tanto se realizó en Hollywood durante la época de Reagan.

Antena 3 TV emite mañana "Al filo de la muerte", una previsible película dirigida por Don Michel Paul y protagonizada por Steven Segal, Morris Chestnut, Ja Rule y Nia Peeples, que tiene como escenario una reabierta prisión de Alcatraz.

Un funcionario de prisiones, reconvertido en criminal, organiza un comando para infiltrarse en la prisión, reforzada con alta tecnología, para obligar a un preso condenado a muerte a revelar el paradero de 200 millones de dólares en oro.

Pero en la prisión hay un agente infiltrado, Sasha Petrosevich, que es ayudado por otro preso, Nick Frazier, para reunir a un grupo de presos y detener a los invasores, que intentan asesinar a los miembros del Tribunal Supremo de Justicia, que están allí para presentar la inminente ejecución.

ALIMENTOS INSÓLITOS Y UN VIAJE A NAMIBIA, EN CUATRO

Bear Grylls, el hombre que nos enseña a sobrevivir en situaciones límite en "El último superviviente", en Cuatro, nos muestra mañana algunos de los alimentos más insólitos que pueden salvar la vida.

En el capítulo "Alimentos insólitos", podrá verse un recopilatorio de las comidas más extravagantes que Bear ha encontrado en diferentes países, desde comer serpientes, arañas y escarabajos, hasta globos oculares o testículos de cabra.

En el segundo capítulo, "Namibia", Bear Grylls viaja hasta el desierto de este país del sur de África, uno de los más secos y calurosos del planeta, para encontrar agua potable y evitar una deshidratación y donde conocerá a los bosquimanos.

LA MALETA DE PENÓN

El programa de La 2 "Documentos TV" repone mañana un interesante reportaje sobre el escritor norteamericano Agustín Penón, que viajó a Granada, donde vivió entre 1995 y 1996 para investigar el asesinato de Lorca.

Así, Penón descubrió que a Lorca no le mataron la noche de su detención, sino que hubo tiempo de sobra para salvarle, pero, en aquel momento, nadie calculó la gravedad de la situación.

Tras llamar la atención de las autoridades franquistas por sus preguntas, tuvo que salir de España apresuradamente y todos los documentos sobre su investigación permanecieron ocultos en una maleta durante cuarenta años... hasta ahora.

Por José Prieto.