Calderón enfatiza la integración y el comercio en su visita a Brasil

Sao Paulo.-  La integración y el aumento del comercio bilateral fueron los temas que predominaron hoy en el discurso del presidente de México, Felipe Calderón, en el primero de sus tres días de visita oficial a Brasil.

"Como país que da prioridad a la transformación en su economía nos interesa mucho conocer y analizar la experiencia brasileña. México y Brasil queremos ser aliados del mundo para edificar una arquitectura de paz, seguridad y bienestar compartido", comentó al clausurar un seminario empresarial bilateral.

Calderón, quien anteriormente había visitado Colombia y Uruguay, inició en Sao Paulo un periplo de tres días en el que la integración, el comercio y la cooperación tecnológica acaparan la mayor parte de la agenda.

Llegó hoy a Brasil al frente de una comitiva de la que también forman parte sus secretarios (ministros) de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa; Energía, Georgina Kessel, y Economía, Gerardo Ruiz Mateos.

Para el gobernante, países como México, Brasil, Chile o Colombia están llamados a sobresalir entre las economías emergentes que dan "señales de recuperación" después del agravamiento de la crisis global.

"La oportunidad de crecimiento para Brasil tiene que ver con México y viceversa, pero no como una suma aritmética y sí como una potenciación", destacó Calderón, quien enfatizó los "privilegios geográficos" y los casi 50 acuerdos comerciales que ofrece México en la intención de apertura a otros mercados.

En ese sentido recordó que, a pesar de la crisis, la inversión en infraestructura en su país pasó del 3 al 5% del Producto Interior Bruto (PIB) mexicano y que el arancel aduanero promedio para las importaciones bajó del 13 al 8%, en un proceso que espera llegar al 4%.

En el primero de sus compromisos, Calderón acogió la propuesta presentada por empresarios brasileños para la adopción de un Acuerdo de Libre Comercio bilateral.

"Recibo con mucho interés la propuesta de los empresarios brasileños. Necesitamos ser superiores a los miedos y prejuicios y por eso me ofrezco para plantearla a empresarios y a los sectores económicos, políticos y sociales de mi país", manifestó.

"Vamos por el camino correcto, porque, si nos unimos, la ganancia es neta, pues implica una multiplicación de consumidores, de 300 millones de personas. Queremos ser la plataforma pionera del comercio global, pero al lado de Brasil y con una participación decidida y sin titubeo", agregó.

En 2008, según cifras oficiales brasileñas, el comercio bilateral alcanzó los 7.400 millones de dólares, con un superávit a favor del país suramericano de 1.156 millones de dólares, mientras que las inversiones mexicanas en Brasil llegaron a un acumulado 16.000 millones de dólares y las brasileñas en México a los 2.000 millones.

"Lo importante no es quién tiene el saldo positivo de la balanza sino el tamaño del a balanza. Es cuestión de crecimiento y empleo y no de superávit o déficit de balanzas. El comercio no le hace daño a nadie cuando es libre", apuntó.

Después del encuentro empresarial promovido por la Federación de las Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), el mandatario mexicano se reunió con el gobernador del estado de Sao Paulo, José Serra, y con empresarios brasileños del sector de los biocombustibles.

Con Serra, Calderón intercambió camisetas de fútbol, al recibir del gobernante regional la del Palmeiras, el equipo de los afectos del gobernador, y entregarle a él una de la selección mexicana marcada con el nombre del político brasileño.

Los empresarios brasileños del sector de los biocombustibles, por su parte, le propusieron a las autoridades mexicanas renovar la flota de automóviles con vehículos brasileños "flex fuel", que permiten la combustión con mezcla de gasolina y etanol, y así adelantarse a una eventual adopción de renovación de la matriz energética.

Mñana, Calderón y su comitiva estarán en Río de Janeiro en la planta de investigaciones de biocombustibles de la petrolera estatal Petrobras y el lunes, en Brasilia, el jefe de Estado mexicano será recibido por su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.