EE.UU. califica de "esencial" el papel de la ONU en su nueva política exterior

Nueva York.-  La representante de EE.UU. ante la ONU, Susan Rice, calificó hoy de "esencial" el papel que desempeña el multilateralismo que propicia Naciones Unidas para la política exterior de Barack Obama, quien dentro de un mes realizará su primera visita a la sede de este organismo.

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(EFE)

La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Susan Rice, afirmó que "La ONU es esencial en nuestros esfuerzos para impulsar actuaciones coordinadas que hagan de Estados Unidos un lugar más seguro y protegido". EFE/Archivo

En una conferencia pronunciada en la Universidad de Nueva York (NYU), la embajadora de EE.UU. desglosó los principios que guiarán las acciones de su país en el seno de Naciones Unidas, a la que calificó de "vital para lograr un mundo más seguro y mejor".

"La ONU es esencial en nuestros esfuerzos para impulsar actuaciones coordinadas que hagan de Estados Unidos un lugar más seguro y protegido", afirmó Rice en su intervención, en la que rechazó las políticas basadas en la confrontación y el aislacionismo y apostó por una "diplomacia inteligente".

En ese sentido, lamentó que su país haya pagado "un precio muy alto por rechazar a Naciones Unidas y desdeñar" a sus "socios internacionales".

Fuentes diplomáticas señalaron hoy a Efe que el discurso de Rice busca preparar el terreno para la visita de Obama a la ONU a finales de septiembre, con motivo del debate anual de la Asamblea General.

El mandatario también asistirá en esos días a una reunión de alto nivel sobre el cambio climático convocado por el secretario general del organismo, Ban Ki-moon, y presidirá una reunión del Consejo de Seguridad dedicada al desarme nuclear.

En su intervención en la Facultad de Derecho de la NYU, Rice, quien es uno de los principales asesores en asuntos exteriores de Obama, aseguró que la nueva Administración estadounidense ha "alterado drásticamente el enfoque hacia Naciones Unidas".

"Los retos que afrontamos son inmensos, pero las oportunidades son todavía más grandes y las aprovecharemos, porque Estados Unidos ha regresado", resaltó.

Según explicó, las tres premisas esenciales de la actuación internacional del actual Gobierno son que EE.UU. no puede solucionar sólo todos los problemas, que necesita de aliados para vencerlos y que debe liderar con el ejemplo.

La amenaza terrorista, la proliferación nuclear, la crisis financiera o la guerra en Afganistán "son peligros trasnacionales que cruzan las fronteras con la libertad del viento y por definición no pueden ser abordadas por un único país", observó.

"Así, queda claro el imperativo fundamental de la seguridad nacional de Estados Unidos en el siglo XXI: Necesitamos ampliar el número de Estados con la capacidad y la voluntad de afrontar esta nueva generación de retos trasnacionales", aseveró Rice.

Indicó que el mundo necesita un "nuevo edificio de cooperación construido sobre los cimientos de un liderazgo estadounidense responsable, con la capacidad de actuación de cada Estado como ladrillos y con la voluntad política como vigas".

Para Rice, "no hay alternativa" a la Organización de Naciones Unidas (ONU), ya que el organismo es el único capaz de movilizar la comunidad internacional en los campos de la seguridad, el desarrollo y la defensa de los derechos humanos.

Por ello, la intención de Washington es la de "colaborar desde dentro para reformar (Naciones Unidas), en lugar de criticar desde fuera. Defender los intereses y los valores estadounidenses, pero no disentir simplemente para llevar la contraria".

"Escuchamos a grandes y pequeños -agregó-, construimos coaliciones, cumplimos con nuestras responsabilidades, pagamos las facturas, impulsamos reformas verdaderas, y recordamos que en un mundo interconectado lo que es bueno para otros también suele ser bueno para Estados Unidos", señaló.

Este cambio de política se ha demostrado, según Rice, con el respaldo abierto a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la incorporación al Consejo de Derechos Humanos y el levantamiento del veto a la financiación de organismos internacionales que practican o informan sobre el aborto.

También anunció la voluntad de incrementar el respaldo de EE.UU. a las misiones de paz del organismo, no solamente sufragando un cuarto de su presupuesto, sino mediante la aportación de militares, observadores y policías.