Conflicto entre Ecuador y Colombia marca incierto futuro de la Unasur

Santiago de Chile.-  La Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) afronta a partir de este 10 de agosto un periodo crucial bajo la dirección de Ecuador, en el que las fricciones de ese país con Colombia pueden determinar el futuro del organismo.

Chile cederá ese día la presidencia temporal del organismo a Ecuador en un momento de alta tensión en la región, en el que la Unasur, creada precisamente para aplacar los roces entre Ecuador y Colombia, se juega parte de su devenir más inmediato.

El vicepresidente colombiano, Francisco Santos, sugirió esta semana que el hecho de que Ecuador asuma el mando de la Unasur podría desembocar en el fin de ese organismo multilateral, al que se dio vida en Brasil en mayo de 2008.

"El futuro de la Unasur pasa por la resolución del conflicto entre Colombia y Ecuador", advirtió a Efe Rodrigo Álvarez, experto en relaciones internacionales, para quien el organismo sí ha logrado "generar una identidad sudamericana propia".

La intervención en septiembre de 2008 en la crisis interna de Bolivia y la creación de los consejos de Defensa y de Salud constan como los principales logros en el sucinto currículum de la Unasur, según destacó a Efe el canciller chileno, Mariano Fernández.

Para Fernández, la presidencia pro témpore de Chile "ha dado una estabilidad de coordinación" a la Unasur, que permite entregar a Ecuador "una organización en ciernes, pero en buen estado de funcionamiento y con prestigio".

Una visión más crítica tiene el analista Patricio Navia, para quien la Unasur "es una cosa mucho más simbólica que de fondo".

En los últimos días, la consolidación de este organismo sudamericano se ha topado con la sombra de los intereses militares de Estados Unidos en la región.

El acuerdo que Colombia negocia para permitir que militares de EE.UU. utilicen siete bases en su territorio ha generado preocupación en Sudamérica, y ha avivado aún más los ya tensos vínculos de ese país con Ecuador y Venezuela.

Las relaciones diplomáticas de Ecusador y Colombia están rotas desde marzo de 2008, cuando el Ejército colombiano entró sin autorización a territorio ecuatoriano para bombardear un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

De ese choque surgió la iniciativa brasileña de crear un organismo multilateral para apaciguar los roces bilaterales en una región, actualmente con abundancia de gobiernos de izquierda, pero no todos del mismo corte.

"Hay una tarea de moderación, de acompañamiento, de facilitar los acuerdos, de tratar de morigerar las diferencias. Es como mirar una Unión Europea en ciernes", explica el canciller Fernández.

Por el momento, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, no asistirá a la cumbre de la Unasur el próximo lunes en Quito, donde la presidenta chilena, Michelle Bachelet, cederá la presidencia temporal de ese organismo al presidente ecuatoriano, Rafael Correa, al que el Gobierni de Colombia vincula con las FARC.

"Una de las ventajas que tenía Bachelet es que no es controvertida, mientras que Correa va a querer tener un liderazgo un poco más claro, y eso va a producir más tensiones", advierte Patricio Navia.

Sin embargo, Navia no cree que Correa pueda emplear el organismo para sus intereses políticos, porque "Unasur es fundamentalmente un animal de Brasil".

En los últimos días, la difusión de un vídeo y de partes de un diario de un líder de las FARC desvelaron la supuesta ayuda de la guerrilla a la campaña de Correa de 2006 y los presuntos vínculos con el narcotráfico de algunos de sus colaboradores.

Esa supuesta connivencia con las FARC también salpica al Gobierno de Venezuela, que congeló sus relaciones con Colombia cuando el Gobierno de Uribe le pidió explicaciones porque la guerrilla tenía tres lanzacohetes que Suecia vendió a las Fuerzas Armadas venezolanas en 1988.

En ese conflicto, Patricio Navia considera difícil que la Unasur pueda mediar, porque a su juicio este organismo "no existe más allá de ser una declaración de buenas intenciones que carece de herramientas de intervención políticas o económicas".

En su corto recorrido, la Unasur se ha topado con otras piedras en el camino, como la dificultad para ratificar el tratado constitutivo en los parlamentos nacionales, temerosos de perder soberanía en un inédito periodo democrático en la región.

También está estancada la elección de un secretario general, pues Uruguay se opone a que lo sea el candidato propuesto, el ex presidente de Argentino Néstor Kirchner, debido al conflicto por una papelera que funciona en territorio uruguayo limítrofe con el argentino.