La Misión de Observadores europea pide calma a las partes en el aniversario de la guerra de Georgia

Tiflis.-  La Misión de Observadores de la Unión Europea (EUMM) se mostró hoy preocupada por las tensiones surgidas entre Georgia y la separatista Osetia del Sur en el aniversario de la guerra ruso-georgiana y pidió calma a todas las partes.

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"Dada la sensibilidad del período actual, la EUMM intensificó sus patrullas de vigilancia, que trabajan día y noche observando la situación para garantizar la seguridad de las personas que viven a ambos lados de la frontera", señala la misión en un comunicado.

Constata que, a pesar de las crecientes tensiones y las denuncias de supuestos incidentes, "la situación por ahora sigue siendo bastante tranquila" y pide que "todas las partes hagan esfuerzos por mantener el 'statu quo'".

"Con motivo del primer aniversario del conflicto del año pasado, es importante que todas las partes se abstengan de cualesquiera declaraciones y acciones que puedan ser malinterpretadas", indica la misión.

Agrega que "va en interés de todas las partes que la situación se mantenga tranquila y estable" y pide que cualquier eventual problema se estudie mediante la "línea roja" de comunicación y en reuniones en el marco del Mecanismo de Prevención y Respuesta de Incidentes.

Los observadores dirigen su llamamiento tanto a Georgia y los separatistas como a Rusia, que amenazó a Tiflis con "usar todas las fuerzas y medios disponibles" para defender a la población de Osetia del Sur y a los militares rusos emplazados en esa región.

La EUMM reafirma su voluntad de mediar en toda negociación que sea necesaria y en posibles incidentes, como los presuntos tiroteos de los últimos días en la frontera administrativa entre Georgia y Osetia del Sur, de los que ambas partes se acusan mutuamente.

Con ese fin, la misión europea expresa su disposición a estudiar en particular las quejas de los separatistas, si éstos le dan acceso a su territorio.

La UEMM, emplazada del lado georgiano de la frontera, es la única misión que trabaja en Georgia desde que Moscú vetara la presencia de observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y de la ONU en Osetia del Sur y Abjasia, las dos regiones separatistas cuya independencia Rusia reconoció tras la guerra y en cuyos territorios desplegó sus bases militares.

Las tensiones en el aniversario de la guerra ruso-georgiana por el control de Osetia del Sur, que estalló el 8 de agosto de 2008 y terminó cinco días después gracias a la mediación de Francia, también hicieron desplazarse a Tiflis a altos emisarios de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.

Ayer llegaron a Georgia el subsecretario de Estado norteamericano para Asuntos Europeos, Daniel Fried, y el enviado especial de la UE para el Cáucaso Sur, Peter Semneby, quienes se reunieron con el ministro georgiano de Exteriores, Grigol Vashadze.

Además, el presidente de EEUU, Barack Obama, habló con el líder ruso, Dmitri Medvédev, sobre "la importancia de reducir la tensión" en el Cáucaso, mientras el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, pidió lo mismo al dirigente georgiano, Mijaíl Saakashvili.