La Unión Europea insta a Moldavia a superar la crisis política y dar pasos de acercamiento

Moscú.-  La Unión Europea (UE) dejó claro hoy que sus relaciones con Moldavia dependerán de la capacidad de las nuevas autoridades de superar las crisis política y económica en el país y de su voluntad de integrarse en Europa.

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(EFE)

El presidente de la Comisión Electoral Central (CEC) de Moldavia, Eugeniu Stirbu, durante una rueda de prensa en Chisinau el pasado jueves. EFE/Archivo

"La UE está dispuesta a respaldar a Moldavia consolidando las relaciones y prestándole asistencia financiera", declaró a la prensa en la capital moldava, Chisinau, el representante especial de la Unión Europea para Moldavia, Kalman Mizsei.

Pero subrayó que para ello la UE necesita "tener claro hasta qué punto estará lista Moldavia, tras elegir a su presidente y formar su Gobierno, a restablecer sus relaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y la Comisión Europea".

"Los principales actores políticos del país deben restablecer la concordia y trabajar juntos para superar la crisis política, deben trazar un nuevo programa económico, concordado con el FMI y apoyado con sustanciales recursos financieros", indicó Mizsei.

Agregó que los cinco partidos que accedieron al nuevo Parlamento moldavo han de negociar la formación de una "amplia coalición", para superar la crisis institucional y hacer frente a la económica.

En los comicios legislativos extraordinarios del 29 de julio los comunistas, que gobernaron Moldavia desde 2001, perdieron el control del Parlamento, que previsiblemente pasará a manos de una coalición opositora liberal partidaria del acercamiento a Occidente.

La alianza liberal obtiene 53 de los 101 asientos parlamentarios, suficientes para controlar la Cámara y formar Gobierno (52 escaños), pero no para elegir al presidente del país, lo que requiere al menos 61 diputados, tres quintas partes del total.

El anterior Parlamento -formado tras los comicios del 5 de abril, ganados por los comunistas, pero acompañados de denuncias de fraude y violentas protestas, de las que el Partido de los Comunistas (PC) acusó a la oposición y a la vecina Rumanía- fue disuelto precisamente por su incapacidad de elegir al jefe de Estado.

También los liberales necesitan ahora votos comunistas para evitar que se repita el empate, pues la Constitución prohíbe disolver el Parlamento dos veces el mismo año y permitiría gobernar hasta 2010 al presidente saliente y líder del PC, Vladímir Voronin.

Moldavia esperaba convertirse este año en miembro asociado de la UE tras cumplir con el Plan Individual de Cooperación, pero Bruselas impuso a Chisinau nuevos requisitos, entre ellos la lucha contra la corrupción y la celebración de comicios limpios.

A este respecto, Mizsei indicó que, dado que los observadores internacionales validaron las elecciones, el diálogo con Chisinau podría reanudarse este otoño, "inmediatamente después de la formación del nuevo Gobierno y la normalización de las relaciones con Rumanía".

El diplomático señaló que las negociaciones deberán abarcar un conjunto de importantes asuntos relativos al régimen de libre comercio, la simplificación del sistema de visados europeos para los ciudadanos moldavos y la participación de Moldavia en las medidas de para garantizar la seguridad energética europea.

Mizsei subrayó que una condición clave para normalizar las relaciones con Moldavia es "la supresión del régimen discriminatorio de visados para los ciudadanos de Rumanía", impuesto por el Gobierno comunista tras los disturbios de abril.

"El nuevo convenio de cooperación establecerá un nuevo nivel de relaciones entre la UE y Moldavia, que responderá a las ansias de los ciudadanos moldavos", aseguró el enviado comunitario, según la agencia rusa Interfax.

El anterior Gobierno comunista de Moldavia -el país más pobre de Europa situado entre Ucrania y Rumanía y económicamente dependiente de Rusia- abogaba por el ingreso en la Unión Europea, pero daba prioridad a la amistad con Moscú y rechazaba la adhesión a la OTAN.

La oposición liberal, marcadamente pro-occidental y respaldada por la población urbana y la juventud, denunciaba el autoritarismo, los abusos y la corrupción de los comunistas, reclamaba cambios y promovía una política de decidida integración euroatlántica.