Cómo ponerse en lo peor: juega a ser mendigo en Madrid

Qué pasados de moda están ya los simuladores de vuelo, de civilizaciones o de batallas. Qué poco reales son los juegos con cachorros de perros y caballos o las familias de sims. Porque ¿de qué nos va a servir emular a una espora en su viaje evolutivo si el capitalismo se derrumba y el paro llega al 25%? Menos mal que Alemania está ahí. Si no como motor económico, al menos filosófico.

Cerveza San Mendigo patrocina Mendigogame.com

Resulta que dos veinteañeros alemanes se han puesto manos a la obra y han creado el juego más práctico de la crisis: te prepara para la vida de mendigo. Se llama "Mendigogame" y es la versión española de ese juego que tan buenos titulares nos dejó en el lanzamiento de su versión original (Pennergame). Más de 1,6 millones de alemanes lo usan.

Traducido al español tiene mucha más gracia. "Ahora te has convertido en un mendigo sin talento, asiduo a la Cuesta de la Vega y que no sabe leer ni escribir, hablar tampoco se te da bien... ¡Llama la atención tocando la guitarra e impresiona a la gente con tu mascota encantadora! ¡Búscate un carrito para recorrer toda la ciudad recogiendo chatarra y véndela al mejor precio posible! Conviértete en un timador y en un temido carterista. En fin, ¡gana premios y conquista el ranking para ser el mejor mendigo de todo Madrid!", dice el juego.

Imposible resistirse. Cuando uno entra en www.mendigogame.es y crea su propio mendigo un mundo de posibilidades se despliega. Se puede recoger chatarra, robar, gorronear, jugar a la lotería, organizar peleas de mascotas, unirse a una banda, beber whisky Dyx o calimocho. El espíritu madrileño está muy logrado. Con suerte puedes comer un bocata de lomo ("la comida de lujo entre los mendigos") o darte un baño en el Manzanares ("lleva las aguas más limpias y puras de toda España. Tómate un baño en este paraíso terrenal y regálate una auténtica sesión de belleza"). Pelearte en Vallecas o en Chamberí. Reventar una máquina expendedora de chicles o asaltar una tasca.

O sea, que puedes hacer lo que quieras. Pero ojo, controla tus niveles de alcohol, higiene y dinero. Un sabio consejo para los nuevos tiempos.

Y tú, ¿te animas a echar una partidita? ¿Qué truco utilizas para ponerte en el peor de los casos económicos posibles?