Zamora reescribe su pasado y muestra arte contemporáneo en la fortaleza medieval

Zamora.-  La rehabilitación del castillo de Zamora inaugurada hoy ha permitido reescribir la historia de la ciudad, al descubrirse restos arqueológicos de la Edad del Bronce, que se conservan bajo los jardines de la fortaleza medieval en la que ahora se exponen obras de arte contemporáneo del escultor Baltasar Lobo.

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(EFE)

Un hombre observa una escultura de Baltasar Lobo situada en los jardines exteriores del Castillo de Zamora, de mediados del siglo XI, que se abre al público tras una rehabilitación en la que se han invertido 7,6 millones.

Cuatro años de obras, el movimiento de más de 30.000 metros cúbicos de tierra y una inversión de 7,6 millones de euros acometida por el Ayuntamiento de Zamora con fondos europeos han posibilitado la recuperación del entorno del castillo y su adecuación como museo dedicado a uno de los escultores españoles más notables del siglo XX.

La alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, se ha mostrado hoy convencida de que la rehabilitación del castillo marcará un antes y un después en el desarrollo turístico de la ciudad, al mostrar arte contemporáneo en un marco medieval.

El castillo, sitiado en el siglo XI por el rey Sancho II, se muestra diez siglos después como un espacio que conjuga su pasado histórico con la modernidad que representa Baltasar Lobo (Cerecinos de Campos, Zamora, 1910-París, 1993).

La rehabilitación de la fortaleza permite visitar su estructura original y contemplar vistas panorámicas de la ciudad desde las torres.

El arquitecto director de los trabajos, Francisco Somoza, ha asegurado a Efe que en esta actuación ha sido necesario conciliar intereses contrapuestos y el resultado ha sido "una integración equilibrada en un espacio tranquilo y relajado en el que la arquitectura adquiere nobleza".

Las obras han sacado además a la luz un asentamiento de la Edad del Bronce, con restos de silos, cabañas y diversos materiales del siglo XI antes de Cristo que han obligado a reescribir la historia de la ciudad.

Sobre las excavaciones arqueológicas, en los jardines y la liza del castillo ahora se muestran nueve esculturas de gran formato de Baltasar Lobo.

Entre las que figuran algunas de las típicas maternidades que dieron fama a este escultor que entabló gran amistad en París con Pablo Picasso.

Otras sesenta obras del artista zamorano, entre esculturas y grabados, se pueden contemplar en la "casa de los gigantes", un edificio anejo a los jardines del castillo que se ha acondicionado como museo.

En él se pueden ver también detalles del taller parisino del escultor y curiosidades como el expediente miliciano en el batallón de anarquistas de Baltasar Lobo durante la Guerra Civil o las ilustraciones que realizó para una edición francesa del libro de Juan Ramón Jiménez "Platero y yo" en 1956.

Pese a ello, la familia del escultor no ha quedado satisfecha con el resultado del museo, ya que únicamente se exponen 69 de las más de 300 obras con las que cuenta la fundación Baltasar Lobo y el proyecto museístico es menos ambicioso de lo previsto inicialmente, tal y como ha señalado una de las sobrinas del escultor.

Sin embargo, la mayor parte de las más de 200 personas que esta mañana han visitado el castillo y el centro de arte Baltasar Lobo han quedado muy satisfechas con la rehabilitación.

"Está completamente cambiado, me ha gustado mucho", ha declarado a Efe Luis de la Concepción, un zamorano que conoce el castillo desde hace sesenta años e incluso estudió en él, en las aulas que se acondicionaron en su interior como Escuela de Artes y Oficios.

También ha mostrado su admiración Nancy Ortega, argentina descendiente de emigrantes zamoranos que ha confesado que era la primera vez que tenía la oportunidad de visitar un castillo medieval y le ha impresionado mucho.

La inauguración ha estado ambientada con música clásica de violín y violonchelo interpretada por el trío Daniel Consort.