El mal tiempo reducen los incendios en julio, aunque provoca el crecimiento de la maleza

Santiago de Compostela.-  El descenso de las temperaturas y las precipitaciones caídas en los últimos días han evitado la proliferación de incendios en el inicio de la campaña estival. Eso aseguran sindicatos, trabajadores del servicio de extinción y partidos de la oposición, quienes advierten, no obstante, del peligro de repetir la situación vivida en 2006, favorecida, además, por el crecimiento de la maleza.

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(EFE)

El descenso de las temperaturas y las precipitaciones caídas en los últimos días han evitado la proliferación de incendios en el inicio de la campaña estival. EFE/Archivo

En los primeros veinte días de este mes algunas zonas de Galicia, como Ourense o Lugo, han registrado temperaturas medias dos grados más bajas que en julio de 2006, lo que, unido a las precipitaciones caídas en los últimos días, ha contribuido a reducir el número de incendios.

"La único arma con la que cuenta la Conselleira Medio Rural y el Gobierno de Núñez Feijóo es el mal tiempo", advierte la portavoz de Medio Rural del PSdeG Sonia Verdes.

Sin embargo, estas condiciones climatológicas, con altas tasas de humedad, han provocado el crecimiento de maleza en los montes, especialmente retamas y tojos.

"Sabemos, por experiencia, que en dos semanas que haya mucho viento del norte, algo de calor y falta de agua, la maleza se seca" y se convierte "en un material altamente inflamable", señala la presidenta del Comité de Empresa de la empresa de Servicios Agrarios de Galicia (Seaga), María Rodinho.

El propio conselleiro de Medio Rural, Samuel Juárez, reconoce que "tras dos veranos muy húmedos, si tenemos calor, hay un volumen preocupante de material potencialmente combustible".

A este problema se suma, además, la madera caída por el paso del ciclón Klaus el pasado mes de enero y que no "ha sido retirada a tiempo", apunta Verdes, por lo que se convertirá en un "mechero" con la llegada de "las olas de calor y las temperaturas posiblemente más elevadas en agosto", añade el responsable de la administración autonómica de UGT, Fran Núñez.

Con esta situación, Galicia se ha situado como la tercera Comunidad Autónoma más vulnerable a los incendios forestales, según un informe presentado por la organización ecologista WWF/Adena."Que Dios quiera que no pase lo de 2006, porque estamos, si cabe, hasta peor", afirma Núñez.

De hecho, el riesgo de que se repita la oleada de incendios de hace tres años, en la que entre el 4 y 14 de agosto ardieron 82.418 hectáreas de monte, es "muy elevado", asegura la portavoz socialista Sonia Verdes.

El coordinador del sector Administración Autonómica del sindicato CCOO, Emilio Doforno, advierte de que el "problema" puede empezar "a partir del 15 de agosto, cuando si viene un verano muy seco, empiezan a influir las temperaturas extremas y los vientos por encima de los 30 quilometros por hora"

Por este motivo, los sindicatos reclaman a la Xunta que dote de más recursos a las brigadas y establezca un mando único -lo que implicaría la desaparición de Seaga- en la política contra-incendios.

No obstante, si Galicia volviese a sufrir una oleada como la de 2006, con más de cien nuevos fuegos cada día, los equipos de extinción se encontrarían con un problema añadido derivado de la falta de limpieza de los montes.

"Llevamos los años del bipartito y los siete meses de este sin hacer ninguna prevención", denuncia Doforno. A este respecto, PSdeG y BNG coinciden en criticar la falta de convenios con los ayuntamientos para realizar tareas de desbroce.

"Las políticas preventivas no se realizaron de manera óptima", sentencia la responsable del sector forestal del BNG, Tareixa Paz.

Asimismo, los sindicatos critican la falta de transparencia de la Consellería de Medio Rural que, al contrario de lo que sucedía en los últimos años, no informará diariamente del número de incendios que azoten Galicia.

De cualquier manera, el dispositivo anti-incendios de la Xunta, "el más completo y efectivo de toda España" según el director general del Montes, Tomás Fernández-Couto, deberá esmerarse en lo que queda de verano para mantener verde el monte gallego.