Honduras copa la atención de una Cumbre con pocos avances que presentar

Asunción.-  La crisis en Honduras acaparó el debate de la XXXVII Cumbre del Mercosur y países asociados, que concluyó hoy sin avances significativos en los asuntos internos.

Los representantes de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, los cuatro miembros plenos del Mercosur, más Venezuela, en proceso de adhesión al bloque, y Chile, Bolivia, Perú y Colombia emitieron una declaración de "enérgica condena" al "golpe contra el gobierno constitucional" de Manuel Zelaya, derrocado el pasado 28 de junio.

La declaración señala que los países de la región no reconocerán a ningún gobierno que surja de la ruptura del orden institucional ni aceptarán las medidas que adopte, como una convocatoria electoral, un punto que fue incorporado al texto petición de Argentina.

"El comunicado en su contenido fundamental mantiene el rechazo fuerte al quiebre institucional en la hermana República de Honduras y al mismo tiempo pide el retorno sin restricciones del presidente Zelaya", dijo en una rueda de prensa el mandatario paraguayo, Fernando Lugo, ante una consulta de Efe.

La crisis en Honduras fue un tema central de la cita en Asunción, tanto que los temas internos quedaron en segundo plano.

Incluso fue eje de debate hasta el último momento, pues Venezuela vetaba un párrafo de la declaración en el que se expresaba respaldo a la mediación del presidente de Costa Rica, Oscar Arias, en el conflicto hondureño, una gestión que para el Gobierno de Hugo Chávez está finiquitada.

Finalmente, la declaración agradece las "gestiones que ha desarrollado" Arias, sin mencionar si el Mercosur las da o no por concluidas.

El mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, afirmó que el golpe contra Zelaya "es un retroceso democrático que no se puede tolerar y con el que no se puede transigir".

El otro tema que se llevó gran parte del debate entre los presidentes fue la expansión de la gripe A en la región, donde se ha registrado gran parte de las muertes en el mundo por el virus AH1N1.

En este sentido, los países suramericanos reclamaron que se garantice la provisión de antivirales y, en especial, se libere la patente de la vacuna para esta enfermedad.

La presidenta argentina, Cristina Fernández, aseguró que los laboratorios de la región cuentan con capacidad para producir las vacunas que los países desarrollados no estén en condiciones de abastecer por la alta demanda.

Fuera de la crisis de Honduras y la pandemia de gripe, los logros de esta cumbre en la agenda interna de bloque fueron escasos, lo que, a la sazón, dio pie a renovadas quejas y muestras de insatisfacción de parte de Paraguay y Uruguay por la marcha del proceso de integración.

En rigor, las grandes desafíos pendientes del bloque, como la eliminación del doble cobro del arancel, el código aduanero común y la distribución de la renta aduanera siguen pendiente de acuerdo entre los socios y su definición se dilatará por otros seis meses, en los que Uruguay ejercerá la presidencia temporal del bloque.

La cumbre concluyó también sin consenso sobre el denominado "acuerdo político" por el Parlamento del Mercosur, que incluye la definición del criterio de representatividad que tendrá desde 2011, cuando sus miembros sean escogidos por el voto popular, además de la creación de un Tribunal de Justicia del bloque propuesta por Paraguay y que Argentina y Uruguay rechazan.

Tampoco fue Asunción la tribuna para anuncios de grandes acuerdos comerciales: solo se acordó explorar a largo plazo la posibilidad de un convenio con Corea.

"No es momento de retroceder frente a los desafíos, sino de profundizar la apuesta. No debemos entregarnos a la inercia ni retroceder frente a las dificultades", dijo Lugo.

El uruguayo Tabaré Vázquez también reafirmó el "compromiso" de su país con el proceso de integración, una expresión política que compensó las duras críticas que Paraguay y Uruguay lanzaron este jueves en la reunión de cancilleres del bloque, en la que hablaron de un Mercosur "en reversión" y sumido en el "descrédito".